Como si de un homenaje a la gente josepina se tratara, Vicent Marí Tur ‘Botja' comenzó hace años su último trabajo literario recopilando las frases y los refranes que tantas veces había escuchado entre sus conocidos del pueblo. Cuando se dio cuenta del gran material que tenía entre sus manos, decidió hilar estas historias que dejan entrever cómo es el auténtico carácter ibicenco.
«Me di cuenta después de cómo las personas que utilizaban estas palabras o refranes fueron tomando protagonismo y, al final, ha resultado un libro de 65 microrrelatos de gente josepina que he intentado convertir en personajes de este nuevo libro. De alguna manera, es un homenaje a ellos», explica.
Este trabajo lleva por título ‘A prop meu. Paisatges humans, mots, llocs viscuts' y ha sido editado por Neus Escandell de Balàfia Postals. La presentación tendrá lugar mañana jueves a las 20 horas en el Centro de Cultura Can Jeroni de Sant Josep. Rosa Rodríguez Branchat, quien es «un poco culpable de que este libro salga», acompañará a Marí en este acto.
«Ojalá con este trabajo podamos recuperar expresiones tan nuestras», insiste. ‘Botja' destaca además la ironía de los ibicencos en tantos comentarios del día a día.
Entre los protagonistas de sus nuevos relatos no sólo hay gente mayor, sino también jóvenes y niños de Sant Josep «y mínimo cuatro generaciones aparecen en este libro».
Aunque tras su tercer trabajo había jurado y perjurado no volver a escribir, todo cambió hace unos meses: «Este libro fue escrito durante el pasado verano en Colonia. Se ve que las musas me visitaron y comencé y supongo que mi alma y mi corazón siempre van ligados a Ibiza y tenía la necesidad de reflejar mis sentimientos hacia la isla».
El autor reconoce que este libro «es especial» y, sin duda, es con el que más ha disfrutado, según sus propias palabras.
‘Botja' asegura que todavía le hablan del libro ‘Dones de pagesa' publicado en 2009. «Soy un simple redactor de vivencias e historias. Cuando hice aquel libro, había 100 mujeres vestidas de payesa y hoy en día quedan dos en Ibiza y ninguna en Formentera. En la actualidad, no podría haberse hecho», concluye.