Sant Jordi ha celebrado este martes su día grande en una jornada festiva. La misa solemne, convocada a las 11 horas de la mañana y dirigida por el obispo de Ibiza y Formentera, llenó la iglesia de Sant Jordi. Mientras, en la plaza del pueblo, la densidad humana no dejaba de aumentar, eligiendo libros y comprando rosas en los distintos puestos a la vez que felicitándose por el día grande del pueblo.
Día del libro
Y es que el día grande del pueblo viene aderezado con la celebración del Día del Libro, que no pasa desapercibido en Sant Jordi con decenas de puestos, algunos de ellos con fines solidarios, como el del proyecto Via Oberta, cuya recaudación va destinada a Nepal. La Biblioteca Municipal también celebró Sant Jordi poniendo a disposición de los visitantes una serie de libros descatalogados de manera gratuita. Cómo no, tampoco faltaron las rosas en entre los puestos de la plaza de Sant Jordi.
«No recuerdo que otros años hubiera tantísima gente», comentaban María y Catalina mientras subrayaban que «además, este año ha caído entre semana». Así, todo un pueblo abarrotado pudo asistir, al final de la misa, a la procesión encabezada por la imagen de Sant Jordi y acompañada por los parroquianos jordiers y las fuerzas vivas en su recorrido alrededor del centro del pueblo.
Tras la procesión llegó el turno del también tradicional desfile de carros de época, en el que también participaron los miembros de la Colla de Sant Jordi, que desfilaron en el mismo recorrido que la procesión.
La colla desembarcó de los carros para protagonizar otro de los momentos álgidos de la celebración del día grande de su pueblo, una ballada en el escenario dispuesto en la plaza y que los cientos de jordiers y visitantes pudieron disfrutar mientras degustaban las también tradicionales orelletes.
El mismo escenario con el que el día grande de Sant Jordi pone la guinda con la actuación de Celtas Cortos.