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Eivissa Medieval

La magia medieval vuelve a Dalt Vila

Centenares de personas asisten a la primera jornada de la vigesimoquinta edición de Eivissa Medieval

Imágenes de la comitiva Eivissa Medieval, este jueves, en el puerto de Ibiza. | Marina Yeste

| Ibiza | |

Un año más, las calles de Dalt Vila han retrocedido en el tiempo para dar vida a la época medieval. Consagrada ya como una de las citas más esperadas del año, Eivissa Medieval ha vuelto a la ciudad de Ibiza convirtiéndola durante cuatro días en un gran y bullicioso mercado de la Edad Media lleno de color, sabor y mucho espectáculo.

A las 19 horas de este jueves ha tenido lugar el momento más esperado, el pistoletazo de salida oficial de la mano de la partida de la comitiva de músicos y artistas de Eivissa Medieval. El lugar de comienzo fue el puerto de Ibiza y, ante centenares de espectadores, tuvo lugar ‘La gran festa d’en Joanot’ a cargo, un año más de Acrobatik Espectacles. Como es habitual, en la fiesta presidida por el conocido Joanot Salbá, «de la larga estirpe de los Salbá», no pudieron faltar jugares, bailarines y músicos. Allí tuvo lugar una distendida charla entre un juglar y Joanot, donde también hubo referencias al aniversario de la inclusión de Ibiza en la UNESCO como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. «Somos Patrimonio de la Humanidad gracias a nuestra cultura milenaria y a la rica biodiversidad, la acrópolis de Dalt Vila, las praderas de posidonia oceánica, la necrópolis feniciopúnica del Puig des Molins y el asentamiento fenicio de sa Caleta», dijo el juglar. Joanot también tuvo unas palabras para el público y pidió una celebración donde no faltase «fiesta, algarabía y jolgorio».

Tras la bienvenida del personaje medieval, el elenco se dirigió al Mercat Vell donde tuvo lugar un espectáculo de baile a cargo de las bailarinas del Centro de Danza Capricorn. Asimismo, como novedad este año, la plaza de Vara de Rey también fue un punto de encuentro y de celebración ya que por primera vez, formó parte del itinerario medieval.

Además del espectáculo, marionetas y los combates, en la gran fiesta del Medieval non pudieron faltar los numerosos tenderos del mercado. En esta ocasión, la cita contó con 206 puestos que han colmado las calles de Dalt Vila frente a los 180 tenderetes de la edición pasada. Aunque la representación de artesanos y artesanas hay representantes de todos los puntos de España, ya es habitual que las decenas de tenderos ibicencos se agrupen en la calle Anibal ofreciendo muestras y artesanía pitusas para vecinos y turistas. Asimismo, entre los asistentes reinaba las ganas de disfrutar de otra edición de esta tradicional fiesta que ya forma parte de las más especiales del país. «Siendo de Vila no puedes perderte estos días. Es visita obligada cada año», señaló Mónica, una vecina de la ciudad.

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