Miles de personas no quisieron perderse este sábado el que será recordado como el evento del año en cuanto a la música ibicenca. El regreso de Statuas d Sal tras más de once años de inactividad hizo vibrar al Recinto Ferial d’Eivissa en un concierto que fue un auténtico viaje al pasado, recordando sus épocas doradas. La banda, liderada por David Serra, hizo que el público se convirtiera en estatuas de sal congelados por la nostalgia y la emoción. La velada comenzó con una vibrante actuación de Morning Drivers, que prepararon el terreno con su energía tras la sesión de Dj Toni Torres.
Pero fue el momento en que Statuas d Sal pisó el escenario cuando la atmósfera del recinto sufrió una deflagración de entusiasmo. La energía y el carisma inconfundible de David Serra, combinados con el virtuosismo de un Omar Gisbert desatado y la genialidad de Barbé prendieron fuego al escenario desde el primer acorde junto a Fernando Hormigo y Juanma Redondo. La euforia comenzó con Hoy por hoy y no se detuvo durante todo el concierto. El repertorio incluyó clásicos de todos sus discos, desde su primer álbum Estatuas de Sal de 1995 hasta el quinto y último, Pies Dulces de 2007.
Los icónicos temas como Campanas, Mentiras, Mejor mojar o Gato mojado pusieron la piel de gallina al público, recordando otras épocas con nostalgia. ¿Quién dijo que era fácil? La sorpresa de la noche corrió a cargo de Cayetano González, exmiembro de la banda, que subió al escenario con su guitarra para acompañar a sus amigos en tres de sus temas más emblemáticos. Tras varios bises, la banda se resistió a la despedida, cómo no: con Merengue y Frágil, que fue tan emotiva y divertida como el resto del concierto, dejando al público en un estado de euforia, con sabor a nostalgia y ganas de más. Y es que siempre que ocurre lo mismo pasa igual... ¿Volveremos a ver a Statuas d Sal, o habrá más puntos suspensivos en su carrera? ¡Házmelo otra vez!