Aunque publicó su última obra en 2023, el escritor Javier Serapio estará este miércoles firmando ejemplares de sus libros en el paseo de Vara de Rey, en el stand de Melqart Editorial. Para el autor ibicenco, el día de Sant Jordi es una jornada que vive «con mucha ilusión y ganas».
Según explica, firmar en ese puesto de la Feria del Libro le permite vender, conocer gente y reencontrarse con amigos, compartiendo también de manera directa impresiones con sus lectores. «Es muy gratificante. Lo mejor es la energía que se genera: los niños con el cuento bajo el brazo ilusionados y los adultos buscando esa novedad o ese clásico pendiente y todo junto al colorido de las rosas. Es el triunfo de la imaginación», afirma.
Cuando se le pregunta por su próxima obra, Serapio asegura tener algunas ideas, principalmente una sobrevenida cuando visitaba un museo en las Islas Lofoten, en Noruega. Por el momento, no tiene claro si será un relato o una primera novela corta. Probablemente, el libro estará ligado al mar, como es habitual en sus trabajos, aunque todavía no sabe si los protagonistas tendrán relación con Ibiza y Formentera.
Tanto en ‘Llagas de sal’ como en ‘Hechizos de mar’, el medio marino siempre ha jugado un papel protagonista puesto que es «mi pasión y mi vida». «Todo lo ligado al mar siempre me ha fascinado. Es como esa placenta envolvente que nos nutre y nos cubre y es un gran escenario para plasmar nuestras fantasías, miedos y aspectos clave de la vida», insiste. «Bajo la apariencia de mis textos que pueden enganchar más o menos, hay toda una conciencia crítica de aquellas cosas que se han hecho mal, de la falta de regulación y límites. Son libros con un componente para mover esquemas y tocar conciencias y que nos llevan a replantear una serie de cuestiones que para mí son urgentes a la hora de tratar», lamenta también.
Serapio recuerda que uno de los motivos para escribir ‘Hechizos de mar’ fue el hecho de conocer a varias personas que, por diferentes causas, se acabaron marchando de Ibiza. Entre dichos motivos, destacaban el hartazgo por la saturación y el desorden que sufre la isla en determinados momentos del año, según afirma.
El escritor celebra el interés que últimamente están despertando los autores pitiusos entre muchos lectores. Sobre ello, y en relación a sus obras, Serapio destaca que las vivencias y temáticas que los residentes han venido sufriendo desde hace décadas han podido penetrar en la sensibilidad del lector agitando sus conciencias. También, en cuanto al auge de la producción literaria local, confirma que en todos los registros literarios se está dando ese crecimiento en las ventas y ese mayor interés por lo local. «Es muy enriquecedor y una inyección de autoestima», manifiesta.
En este Día del Libro, Javier Serapio explica que escribir le genera placer, pero también alivio porque en los textos, a modo de terapia, evacúa muchas emociones como el dolor, la rabia, la impotencia o la frustración, «ligadas a la contemplación diaria del daño que sufre nuestra tierra, nuestro mar y nuestra cultura».
«También escribir tiene una parte de hobby. Me sirve de escape, de desconexión y, en mi caso, es una perfecta excusa para viajar. Mis dos libros han sido escritos en el frío nórdico de Islandia y Noruega.
Necesito tomar distancia para poder expresar y pensar bien sobre el dolor que sufrimos en nuestra isla, en nuestra cultura. Mi parte ibicenca no me permite hacer ese trabajo crítico al completo aquí», asegura.
En su caso, escribir le supone además «un consuelo e inyección de vida» ante la frustración que siente por las secuelas que el Covid le dejó hace cuatro años y que le impiden desarrollar su labor profesional con normalidad.
El escritor aprovecha la celebración de este miércoles para recomendar dos obras que ha regalado en numerosas ocasiones: ‘Formentera mágica’, de Carlos Garrido, y ‘El rumor del oleaje’, de Yukio Mishima.