Este viernes por la mañana, en el paseo de s’Alamera, en Santa Eulària, personas mayores de las residencias de Can Blai y Sa Serra, usuarios del Club de la tercera edad, familias, vecinos y estudiantes del IES Xarc participaron juntos en una jornada con motivo del Día de las Familias.
La iniciativa, organizada por la Fundación de Atención y Apoyo a la Dependencia, sacó a la calle algunas de las actividades que normalmente se hacen dentro de los centros: una sesión de gimnasia, juegos de habilidad, estimulación cognitiva, manualidades y también terapia asistida con animales. Además, los participantes pudieron hacerse fotos con una cámara Polaroid y luego decorar un marco como recuerdo.
«Muchas veces parece que las residencias están fuera de la sociedad, y no debería ser así», explicaba Miriam Riera, directora de Can Blai. «Queremos que se vea lo que hacemos y que los mayores sigan conectados con su entorno, con su gente», añadía.
Uno de los objetivos principales era romper la idea de que vivir en una residencia significa quedar al margen. «Durante la pandemia nos volvimos muy herméticos por necesidad, pero ahora queremos abrirnos de nuevo al pueblo», añadía Jesús Díaz, director asistencial de la Fundación.
Para los residentes, participar en este tipo de actos supone mucho más de lo que parece. «Les gusta cambiar de rutina, salir un rato, ver a los vecinos y a sus familias… se lo pasan bien y lo recuerdan durante semanas», contaban desde el centro.
También participaron estudiantes del IES Xarc, que colaboran habitualmente con Can Blai como parte de la asignatura Cooperación y Servicios a la Comunidad. Algunos ya conocían a varios de los residentes porque comparten actividades con ellos cada semana. «Jugamos al bingo y a juegos de mesa, y pintamos puntos de libro. Y hoy nos hemos reencontrado con ellos», contaban varios alumnos. «Nos gusta. Les coges cariño. Antes de venir ya estábamos diciendo: ‘queremos ir a verles’».
Durante la jornada se vieron muchas escenas de colaboración entre generaciones: adolescentes sujetando cubos para que los mayores encestaran pelotas, grupos jugando a pasapalabra, alumnos ayudando con las manualidades, y conversaciones entre personas que ya se conocían o que se estaban conociendo por primera vez.
«Yo es la primera vez que vengo, y me ha encantado», decía Antonia, vecina del municipio, que participó en la actividad del marco de fotos. «Estar con amigas, hacer cosas y encima con este día tan bueno... hemos tenido suerte».
Joana, una de las residentes de Can Blai, también se animó a hacer gimnasia a pesar de las molestias. «Me he hecho daño en el hombro, pero me lo estoy pasando muy bien. Me gusta tener un recuerdo así. El día está siendo muy bonito».
La idea, repetían los organizadores, es que las personas mayores no desaparezcan cuando entran en una residencia y que sigan formando parte del pueblo, de sus calles y de su vida.
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