Thor y Hope, dos perros mayores del refugio Sa Coma, han sido los primeros en probar la nueva experiencia para mascotas que ha lanzado el hotel Nobu Ibiza Bay. La presentación se hizo en una de sus suites frente al mar, donde estos invitados especiales pudieron degustar un menú exclusivo para perros, descansar en camas con espuma viscoelástica y conocer los detalles pensados para que los animales que viajan con sus familias se sientan cómodos y cuidados.
La propuesta forma parte de la colaboración que Nobu mantiene desde hace tres años con el refugio. En esta ocasión, el hotel presentó ‘La Canine Carte’, un menú gourmet diseñado por el chef ejecutivo Enrico Maimonte. La carta incluye entrantes como bocaditos de pavo con calabaza, crema de zanahoria con manzana verde y chips crujientes de boniato. Los platos principales son estofado de ternera ecológica, pollo de corral con quinoa y verduras, y pescado blanco con arroz integral y kale. Para el postre, las opciones son mousse de plátano con yogur de cabra, helado de manzana y coco sin azúcar y galletas caseras de avena con mantequilla de almendra. El menú completo tiene un precio de 45 euros.
La directora de marketing del hotel, Joanna Ramoneill, explicó que el objetivo es que las mascotas reciban el mismo cuidado que sus dueños durante la estancia. «Queremos que los perros formen parte de la familia y que puedan venir de vacaciones sin quedarse en casa o en residencias», señaló. Además, indicó que han trabajado junto al veterinario de Sa Coma para garantizar que el menú sea nutricionalmente adecuado y saludable.
El veterinario Miguel Quiñones destacó la importancia de esta iniciativa para que los perros puedan acompañar a sus familias y evitar situaciones estresantes cuando sus dueños se van de viaje. «Para los perros, quedarse solos o en un lugar desconocido puede ser complicado. Que los hoteles ofrezcan facilidades para que viajen con sus familias es un avance», comentó. En esta ocasión, los perros seleccionados, Thor y Hope, tienen más de diez años, por su raza son considerados perros potencialmente peligrosos y padecen leishmaniosis, una enfermedad común transmitida por mosquitos. La idea es mostrar que, pese a estas condiciones, siguen siendo animales cariñosos y dignos de una segunda oportunidad.
Además de la comida, la experiencia incluye camas especialmente diseñadas para el confort de los perros y algunos detalles, como chuches y juguetes, para que se sientan como en casa.