Las calles del casco histórico de Ibiza se han llenado este domingo de color, solemnidad y tradición con motivo de la celebración del Corpus Christi, una de las fiestas litúrgicas más importantes de la Iglesia Católica. Esta festividad, también conocida como la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, pone de relieve la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía bajo las especies del pan y del vino. La jornada comenzó con la solemne misa oficiada por el obispo de Ibiza, Vicente Ribas, a las 19:00 horas en la Catedral. El templo, completamente lleno, congregó a fieles venidos de todos los rincones de la isla. Estuvieron presentes representantes de todas las parroquias, así como las cofradías que participaron con sus estandartes, llenando el ambiente de símbolos, tradición y fe.
Durante la homilía, el obispo centró su mensaje en el poder unificador de la Eucaristía, recordó la importancia de «congregarse en la unidad», de vivir la caridad cristiana y de rezar por quienes han partido con la esperanza de la resurrección.
También subrayó la profundidad espiritual de esta festividad, empujando a los fieles a ejercer la caridad con los más necesitados. La Eucaristía y la canción litúrgica fueron vividas con gran devoción, y la oración compartida entre cientos de personas crearon un ambiente de recogimiento que marcó el inicio de una celebración «profundamente espiritual». Una vez finalizada la misa, comenzó la tradicional procesión del Santísimo Sacramento, que recorrió las calles empedradas de Dalt Vila.
El Santísimo fue llevado en la custodia gótica de plata dorada del año 1399, una joya litúrgica única, considerada la custodia de asiento más antigua conservada en España. Esta pieza, símbolo de la riqueza patrimonial de la diócesis, fue trasladada con gran respeto y solemnidad. El itinerario incluyó paradas en altares callejeros preparados con esmero por diversas parroquias, entre ellos uno en la calle Pere Tur, decorado con flores y elementos eucarísticos: desde alfombras florales hasta arreglos con hierbas aromáticas como la zamarrilla, una planta aromática denominada herba de Sant Ponç, que es muy popular en Ibiza.
Momento emotivo
Uno de los momentos más emotivos fue la participación de los 19 niños y niñas que este año han recibido su Primera Comunión. Todos ellos acompañaron la procesión vestidos con sus trajes, lanzando pétalos de flores al paso del Santísimo. Marta y Estela, dos de las participantes, estaban especialmente emocionadas, así como el resto de pequeños que estaban radiantes y felices por participar en esta procesión. Sus trajes, tradicionales y elegantes, mantenían el estilo clásico: encajes, puntillas y volantes para ellas; trajes claros para ellos. El recorrido estuvo acompañado por la música de la Banda Yacente de Ibiza, cuyos integrantes aportaron una banda sonora solemne al paso del Santísimo.
También se destacó la participación de la asociación de paraguayos de la parroquia del Rosario, símbolo del carácter multicultural y acogedor de la comunidad católica en la isla. Vecinas como Marga, originaria de Sant Josep, no pudieron ocultar su emoción: «Para mí y muchos otros feligreses, asistir al Corpus Christi cada año, es una forma de mantener viva una tradición que une generaciones», apuntó.
Aunque algunos asistentes reconocieron que hacía años que no acudían, todos coincidieron en la belleza de la celebración y en la necesidad de no dejar que estas costumbres se pierdan. La procesión finalizó en la Iglesia de Sant Telm de la Marina, tras realizar varias paradas en pequeñas capillas y altares a lo largo del recorrido. El Corpus en Ibiza sigue siendo, año tras año, una fiesta que conjuga lo sagrado y lo popular, lo tradicional y lo actual, «uniendo a creyentes de todas las edades en un recorrido común hacia lo trascendente».
Para creer en nuestros días en la transubstanciación, hay que tener Fé... y no poca, precisamente. La Eucaristía, es una ceremonia muy extraña, la verdad, que hunde sus orígenes en la creencia en el canibalismo ritual, que "hasta hace poco" (dicen que ya no 🤔) aún se observaba en comunidades primitivas en África y Ásia. Aunque la transubstanciación cristiana es un concepto único, existen rituales en otras religiones antiguas que comparten la idea de que el consumo de alimentos o bebidas sagradas puede establecer una conexión profunda con lo divino, con la posibilidad de una transformación o presencia real, y con la promesa de un beneficio espiritual. La Eucaristía, se basa en la llamada "última cena", que realizó Jesús con sus discípulos, y que no podemos saber exactamente cuál es la génesis de la idea que llevó a esta persona, a realizar un ritual, que hasta ese momento nunca había hecho. Sí se sabe, que había otros ritos similares en la época: - 𝐏𝐞𝐫𝐬𝐢𝐚 𝐲 𝐑𝐨𝐦𝐚. El culto a Mitra: En el mitraísmo, el banquete ritual, que incluía el consumo de pan y vino, se consideraba una forma de comunión con Mitra y una garantía de salvación. - 𝐀𝐧𝐭𝐢𝐠𝐮𝐚 𝐆𝐫𝐞𝐜𝐢𝐚. Los Misterios eleusinos: Aunque no se conoce con certeza la naturaleza exacta de los ritos, se cree que involucraban la ingestión de una bebida sagrada llamada "kykeon" que se consideraba confería iluminación espiritual y la promesa de una vida después de la muerte. Se sabe que este culto, sobrevivió, hasta bien entrada la era cristiana. Estos credos, eran conocidos en Judea en tiempos de Jesús, de eso no hay duda, pues eran las civilizaciones preponderantes en la época. Además, Jesús toma como referente la fiesta de la Pascua, que era la comida ritual más importante, y donde se conmemora la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto (en realidad no fueron esclavos de los egipcios, y sí de los babilónicos... pero esa es otra historia 🤓). En un momento dado, parece que, tal vez tomando estos referentes, decide Jesús, según la tradición, crear este nuevo ritual. El Corpus Christi, se origina en la edad Media, y se sustenta filosóficamente, en la filosofía aristotélica, particularmente en su metafísica sobre sustancia y accidentes, es decir: la esencia de algo (sustancia) y las propiedades percibidas por los sentidos (accidentes). Aunque los accidentes del pan y el vino permanecen, su sustancia se convierte en la del cuerpo y la sangre de Cristo, según la doctrina. Buena "chapa" os he dado ¿eh? 😅.