Quienes no han tenido la fortuna de poder coger sitio en una iglesia abarrotada para la ocasión, atienden de pie, incluso desde fuera del recinto. En el interior de un templo en el que no hay un hueco disponible, la misa, oficiada por el obispo Vicent Ribas, transcurre entre un constante movimiento de abanicos que tratan de combatir el asfixiante calor. Pero ni las elevadas temperaturas han evitado que la parroquia de Sant Joan haya celebrado este lunes su día grande.
La misa, que comenzaba tan solo unos minutos después de las doce del mediodía, terminaba una hora después al grito unísono de «Visca Sant Joan!». Con la música de los sonadors de la Colla de Labritja de fondo, que ya había acompañado a la eucaristía, la mayoría de los feligreses abandonaba el recinto eclesiástico.
Durante unos minutos de impás y como marca la tradición, los ‘portadors’ sacaron a los santos en procesión por las calles de Sant Joan de Labritja. Tras la cruz, la primera imagen en salir fue la del patrón, San Juan Bautista, que estuvo acompañada por el repicar de las castanyoles, el tambor y la flaüta.
Foto: Jésica López
En la procesión participaron los vecinos de Sant Joan, los miembros de Sa Colla de Labritja, el obispo de Ibiza, diferentes sacerdotes y las autoridades políticas de la isla, encabezadas por el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, ataviado con un sombrero Panamá, y los alcaldes de Vila, Sant Antoni y Sant Josep, todos en mangas de camisa, además de la alcaldesa de sant Joan, Tania Marí y del primer teniente de alcalde de Santa Eulària, Miguel Tur.
Tras la procesión, los ‘balladors’ de Sa Colla de Labritja han tomado el protagonismo en la plaza de la Iglesia con su exhibición de ball pagès, a la cual se han unido la alcaldesa o el concejal de Sa Veu des Poble Javier Torres además de otros asistentes.
Paralelamente, también se han repartido, como ya es habitual, bunyols y orelletes además de unas pequeñas botellas de agua, muy demandadas.
De esta manera, los vecinos de Sant Joan de Labritja han disfrutado de una jornada festiva que reivindica las tradiciones de un pueblo que tan bien representa el espíritu de la isla. La jornada ha proseguido también por la tarde, con una fiesta para los más pequeños, un concurso de macarrons de Sant Joan y un concierto para todos los públicos.