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«El mundo de la música es muy complicado y puede llegar a ser cruel»

Después de tantos conciertos, aseguran que todavía «se ponen nerviosos» al salir al escenario

Billy Flamingos lleva haciendo ‘rock alternativo’ en la isla desde el año 2017 | Foto: One Studio

| Ibiza |

No quieren encasillarse en ningún género concreto, pues aseguran que su música es algo más alternativa. Sin embargo, si tienen que definirse, no dudan en que el estilo del que parten es el rock. Son Billy Flamingos, una banda ibicenca que nació en el año 2017 y que tiene a Guille Poverín como el único miembro que se mantiene desde esos orígenes. Este fin de semana actuará en Cala de Bou con motivo del Festival Sonorama junto a los dos otros miembros de la banda Álex Costa (batería) y José David Cruz (guitarra). Por ello, ha recopilado un poco sobre pasado, presente y futuro de Billy Flamingos con Periódico de Ibiza y Formentera.

—¿Cómo nace Billy Flamingos?

—Nace de la inquietud de cuatro amigos, que querían hacer algo diferente. Nos juntamos allá por 2017 y, en su momento, nos costó mucho ponerle nombre a la banda. Por un lado no queríamos un nombre en castellano pero, por otro, tampoco queríamos uno en inglés porque no tenía sentido si cantamos en castellano. Queríamos que sonara un poco a Tarantino, y nos acabamos decantando por Billy Flamingos en referencia también a esas aves migratorias que se pueden ver en Ses Salines. Cuando nos juntamos, queríamos hacer rock y que, además de divertirnos, queríamos meternos en un mercado como es el de la música.

—¿Cuál ha sido el recorrido de la banda?

—Empezó todo por 2017, cuando grabamos nuestro primer disco, llamado Billy Flamingos, como la banda. Lo produjo Joan Barbé, que nos ayudó muchísimo a la hora de coger un punto de unión y redefinir nuestros proyectos. Seguramente fuera el disco más rockero puro, con una línea más definida.

Con ese disco tuvimos la oportunidad de tocar bastante por la isla, y tocamos por primera vez en la península.

Durante el confinamiento, desde casa, estuvimos con la composición de nuestro segundo disco, Oscuro baile de salón, esta vez producido por Marc Gisbert. Con este disco estuvimos experimentando: había desde canciones de rock, a estilo más indie. Con este segundo disco empezamos a destacar, y pudimos tocar en lugares punteros a nivel nacional. Hicimos dos giras de sala, ganamos varios concursos, como el Sonorama de Aranda del Duero. Nos dio más oportunidad para darnos a conocer. Fue un disco muy bien recibido, y empezaron a surgir los fans también en la península.

Del segundo al tercer disco hubo cambio de formación. De hecho, el único original de la banda soy yo. Acabamos de publicar Linde, hace apenas unas semanas. Es un disco bastante diferente a lo que habíamos hecho hasta ahora y con este vamos hacia una gira y a tocar a algunos festivales que todavía no se pueden decir.

—¿Cómo le explicaría a alguien que no os conoce qué es y qué música hace Billy Flamingos?

—Nosotros siempre que tenemos que definirnos es en base al rock en castellano. Sin embargo, desde el segundo álbum hemos tocado otras ramas, como la ecletrónica, el indie... Por eso, aunque no queremos etiquetarnos y somos gente que nos gusta experimentar, nos consideramos como rock alternativo. Estamos en el punto medio en el que para los rockeros somos demasiado poperos y para los poperos somos demasiado rockeros.

—¿Qué hace falta para asentarse enel mundo de la música?

—Es un negocio muy complicado, y muy cruel a veces también. Sabemos que hace falta perseverancia, trabajo, sacrificio y a veces también un poco de suerte. Yo le diría a alguien que no tuviera pasión que no se dedicara a esto. Esa pasión en la gasolina para los momentos más bajos. Nosotros hemos llegado a tocar para dos personas y al día siguiente para mil. Es un mundo lleno de altibajos, y tú tienes que seguir, haciendo lo tuyo. Para asentarte tienes que seguir adelante, dándolo todo.

—¿Es difícil consolidarse?

—Completamente. Yo no considero que nos hayamos consolidado. Sí que es verdad que en Ibiza la gente nos reconoce y nos tiene carió, porque llevamos muchos años. Pero es verdad que es complicado, no llegar ahí arriba solo con una canción, como pasa muchas veces, es muy difícil mantenerse. Nosotros hemos cumplicado algunos de nuestros sueños, como tocar junto a grandes bandas o que gente como Joan Barbé o Marc Gisbert nos hayan producido, pero no siento que me haya consolidado. En eso estamos, pero es muy difícil.

—¿Qué es lo que más os gusta del directo?

—El directo en si mismo es lo que más nos gusta en general. En los discos suena todo muy medido, muy al detalle, pero cuando más disfrutamos es en los conciertos. La gente se sorprende, porque suena mucho más bruto, o mucho más enérgico. También somos amigos entre nosotros, y eso se traslada. En el directo, se disfruta todo, desde los nervios antes de subir o la conexión con alguien del público cuando alguien está disfrutando. Es una especie de conexión. Me hace disfrutar mucho, como a un niño pequeño.

—¿Con qué canciones se vuelca más el público?

—Tenemos un set basatante rockero y rapidito, que te invita al disfrute, al pogo incluso. Nosotros tenemos una canción que se llama Vorágine, con la que terminamos los sets, que es puramente electrónico, que es algo muy sorprendente y que, por el cambio, es de las que más energía produce. Sin embargo, solemos ver a la gente disfrutar con todas las canciones, tenemos un set marcado para que tenga sentido en cuanto a velocidades, tensión... Pero siempre hay favoritas del público, lo vemos también en las reproducciones: como puede ser Una historia violenta o Nada que hacer.

—¿Cuales consideras que son vuestras mejores canciones?

—Es una pregunta muy difícil, desde la creación, la composición, la mezcla, la maasterización... Desde que llega al público hemos hecho tantas versiones y las hemos escuchado tantas veces, que perdemos la perspectiva.

Pese a todo eso, a día de hoy, y puedo hablar por los tres, mi canción favorita es Tupido velo, del último disco, Linde. Luego, para José, sería la de Sushi Shock e Interpol para Álex, todas del nuevo disco. Pero insisto, nosotros hemos perdido un poco esa perspectiva. Hay una frase de Joan Barbé al respecto que me encanta «las canciones no terminan, se abandonan».

—¿Qué supone tocar en Ibiza?

—Siempre es especial, se siente como en casa. Cuando tocamos en la península lo hacemos ante gente desconocida, y cuesta mucho más llenar una sala. Aquí estás entre amigos, familiares... Es verdad que al ser una isla tan pequeña intentamos no tocar demasiado, y que pase un poco el tiempo para que la gente tenga mono de vernos. En este caso tocamos en la isla, pero en un evento que viene de fuera. Ya hemos tocado en otras ediciones. Estamos muy ilusionados, compartimos cartel con grupos muy importantes a nivel nacional.

1 comentario

rafa3d rafa3d | Hace 3 meses

Enhorabuena por la entrevista! Los descubrí en julio de 2021 con Love of Lesbian en “Sueños de Libertad” y desde entonces son el detonante de las mejores fiestas. Su energía en directo es brutal desde el primer acorde. Horizonte, favorita. Me alegra ver que tienen este reconocimiento. Bien merecido!

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