Las peregrinaciones jubilares a la Catedral de Ibiza culminaron ayer coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción, en una jornada marcada por la participación de fieles de distintos puntos de la isla y un ambiente de recogimiento y comunión. La última de estas peregrinaciones fue organizada por la Delegación diocesana de Familia y Vida y la parroquia de Puig d’en Valls. Como en otras convocatorias del Año Jubilar, los participantes se dieron cita en la iglesia de Santo Domingo (actual parroquia de San Pedro Apóstol).
Desde allí, las dos comitivas recogieron la Cruz del Jubileo e iniciaron la procesión hacia la Catedral, recorriendo las calles de la ciudad amurallada mientras cantaban y rezaban el Santo Rosario. Durante el recorrido, los fieles portaron el estandarte de la Delegación de Familia y la imagen de Nuestra Señora Madre de la Iglesia, patrona de la parroquia de Puig d’en Valls.
Tras el recorrido a la Catedral de Ibiza, el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Ribas Prats, presidió la misa de clausura de estas peregrinaciones jubilares. La eucaristía reunió a numerosas familias, matrimonios y personas mayores que quisieron cerrar este ciclo con una celebración que muchos describieron como «especialmente emotiva».
«Ha sido un año muy intenso espiritualmente. Caminar hasta la Catedral rezando y cantando nos recuerda que no estamos solos en la fe», explicó María, vecina de Santa Eulària. En una línea similar, Mariano, feligrés de Puig d’en Valls, destacó que «el esfuerzo del camino se vive como una ofrenda; llegar a la Catedral te llena de paz y de esperanza».
El Año Jubilar 2025 fue inaugurado solemnemente en la diócesis el 29 de diciembre de 2024, con una celebración en la parroquia de San Pedro, desde donde se inició la primera peregrinación en la fiesta de la Sagrada Familia. Desde entonces, la Catedral de Ibiza fue designada como Templo Jubilar, acogiendo a lo largo del año las peregrinaciones organizadas por todas las parroquias y comunidades religiosas.