Síguenos F Y T I T R
Hoy es noticiaEs noticia:
Bares de siempre

Bares de siempre: el Centro, «la esencia de Formentera»

El bar Centro de San Francesc, en Formentera, es uno de los puntos neurálgicos de la isla

Foto: Toni P.

| Formentera |

«El bar Centro lleva abierto desde siempre», así responde Pepe Ferrer Colomar, de Can Sala, al ser cuestionado sobre el origen del negocio que ha regentado su familia materna, los ‘Paya’, desde tiempos de sus abuelos.

Xumeu d’es café, antepasado de los actuales propietarios del local, ubicado en plena plaza de la Constitución de Sant Francesc, en Formentera, fue quien abrió el negocio «hará más de cien años», tal como asegura Pepe.

Inicios

Tras la gerencia de Xumeu, el arrendamiento pasó a manos de Toni Paya, abuelo de Pepe, iniciando la saga que ya va por la quinta generación tras la barra del emblemático bar formenterés. En la siguiente generación, Rita, fue quien se hizo cargo del establecimiento de sus padres junto a su marido, Antonio Campillo. Durante esa etapa, el establecimiento pasaría a llamarse Fonda Campillo hasta principios de los años 60.

En 1963, tal como asegura Ferrer, el negocio vivió un paréntesis en la gerencia de su familia cuando «se lo traspasaron a un señor suizo, Joan Saxer, que lo llevó hasta 1966, cuando tuvo problemas que le impidieron cumplir el contrato. La cuestión es que mi familia tenía derecho a recuperar el local como antiguos arrendatarios porque el suizo no había cumplido con el contrato». Durante esa etapa, el Centro dejó de ofrecer el servicio de hostal o fonda que siempre ha mantenido, «el suizoconvirtió la planta de arriba en un salón comedor y habitaciones para el personal», asegura Pepe.

Tercera generación

Durante esos años, los abuelos de Ferrer habían emprendido otros negocios hosteleros y fueron María, hija de Rita, y su marido, Pepe ‘Sala’, quienes se pusieron al timón del bar Centro a partir de 1966 con un nuevo arrendamiento. Un timón que a sus 90 años y con el delantal puesto, todavía no ha soltado a día de hoy, «ella es la jefa, yo solo soy el gerente», subraya Ferrer.

«Mi hermana Paquita y yo hemos crecido aquí», explica Pepe mientras mira a su alrededor asegurando que «desde entonces apenas ha cambiado nada. Solo el suelo en los años 70 y los baños, que tuvimos que meterlos dentro en un momento dado». Pepe mira hacia el exterior del negocio para apuntar otro gran cambio respecto al Centro de su infancia: «la terraza también ha cambiado mucho, claro. Antes del plan de embellecimiento de la plaza y de que se hiciera peatonal, la terraza consistía en una ‘uralita’ sobre unas cuantas meses».

Locutorio

El espacio que hoy en día ocupan los baños del Centro fue uno de los puntos más importantes de la isla en unos tiempos en los que la comunicación era poco menos que un privilegio, «en Formentera no había más que tres o cuatro casas con teléfono». Allí se encontraba un locutorio «con cuatro o cinco teléfonos donde venía cualquiera que tenía que llamar donde fuera», tal como recuerda Ferrer respecto a unos tiempos «en los que empezaban a llegar muchos trabajadores de fuera que llamaban a su familia desde aquí. Siempre había cola para llamar».

Presente y futuro

«Empecé a trabajar con 11 años, durante los veranos, sirviendo cafés», asegura Pepe respecto a su experiencia en el bar familiar donde él representa a la cuarta generación bajo la mirada de su madre y con la vista puesta en María, su hija, que ya maneja las bandejas del Centro con la maestría que le aporta representar a la quinta generación de la saga de hosteleros formenterenses.

Respecto al futuro, Pepe no se atreve a pronosticar nada cuando su madre deje de manejar el timón del Centro, «lo único que espero es que este local, al igual que los demás de Formentera, no pierdan la esencia que hemos conservado siempre».

Oferta

«Que yo sepa, desde 1966 este es el momento en el que más cocina hacemos y no pasamos de unas tortillas de patatas, unas tostadas o unas ensaladas, un gazpacho o unos zumos. Nada que ver con la etapa de mi abuela, Rita, donde sí que cocinaba como restaurante», explica Ferrer respecto a la cocina del negocio familiar y su oferta actual: «más que nada, somos una cafetería». Una cafetería que cuenta con una docena de empleados, «algunos de ellos llevan muchos años con nosotros», explica Pepe, reconociendo que «en este sentido tenemos suerte»

Clientela

La ‘parroquia’ del bar Centro es de lo más variopinta. Debido a su ubicación, a pocos metros del Consell de Formentera, no es difícil encontrarse algunos dirigentes insulares, «generalmente vienen a tomar un café, no somos lo que podría denominarse como ‘la otra sala de plenos’ (risas)». Sin embargo, Ferrer reconoce que «hace años sí que podías ver a un par de políticos que venían a discutir de alguna cosa de manera más privada. Esto ya no ocurre».

Más allá de la clase política, la terraza del Centro la ocupa el crisol de perfiles que caracteriza a esta isla pitiusa: desde turistas nacionales y extranjeros a formenterenses, tanto de larga estirpe en la isla como de aquellos que la han convertido en su hogar desde hace décadas.

«Este es el núcleo de Formentera» asegura Vicent desde una de las mesas de la terraza. De hecho, el debate sobre el origen del nombre del bar está abierto: «algunos dicen que es porque antes esto había sido un centro republicano, pero yo estoy seguro de que el nombre es porque estamos en el centro de la isla», afirma Ferrer sin disimular ciertas dudas al respecto.

Valentí, que acompaña a la mesa a Vicent, incide en el carácter céntrico del veterano establecimiento, «desde aquí puedes ver todo el desfile de gente que pasa por la plaza: es como estar en el cine». «O como un palco de lujo para disfrutar de las jam sessions de los sábados», añade Vicent. Ambos también coinciden en destacar las tarifas del Centro: «uno de los locales con los precios más normales de Formentera» y su servicio: «la atención al cliente siempre ha sido exquisita».

Aaron, de origen israelí pero formenterés desde hace alrededor de medio siglo, y Rafael    también comparten mesa y recuerdos en la terraza de la plaza de la Constitución: «¿recuerdas la cola que había para poder llamar por teléfono?», cuestiona Aaron mientras Rafael va apuntando con el dedo en distintas direcciones de la plaza mientras cuenta que «allí estaba Correos, allí paraba el taxi…». «No hay nadie que venga a Formentera que no pase por aquí», añade Aaron subrayando el carácter de epicentro social de la plaza y del Centro desde donde «hemos arreglado el mundo miles de veces».

Stuard es británico de nacimiento y formenterés «desde hace 31 años» y recuerda cuando «San Francesc no era tan popular como ahora. Ahora es bonito ver todo tipo de gente en la plaza y lo más bonito de todo: puedes ver a los niños jugando tranquilamente sin que sus padres deban estar encima de ellos». Paul le acompaña a la mesa y explica que «cuando era pequeño, hace 54 años, venía a Formentera con mis padres y ya veníamos al Centro». «Es uno de los lugares que todavía resiste con la misma esencia de siempre», coinciden ambos amigos.

Sin comentarios

No hay ningún comentario por el momento.

Lo más visto