Desde 2011, José Manuel Alcaraz (Formentera, 1979) es el delegado del Govern balear, cargo que suma al de presidente del PP en la isla y portavoz del principal partido en la oposición en el Consell Insular de Formentera. PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA repasa con él la actualidad de la menor de las Pitiüses y conocer su balance de la presente legislatura.
—¿Qué balance hace de estos dos años y medio al frente de la Delegación del Govern balear en Formentera?
—Creo que el balance lo tienen que hacer los ciudadanos que serán los que tienen que poner la nota. En todo caso se ha trabajado y en el marco de la actual situación de crisis económica, se decidió que el Govern balear actuase también en Formentera sin tener en cuenta que el color del Consell era diferente del de la máxima institución autonómica y así conseguir la mayor colaboración en todos los aspectos y que asuntos importantes que estaban en los cajones pudieran salir adelante.
—¿Cuáles han sido los asuntos que estaban, como dice usted, en los cajones?
—Principalmente temas medioambientales y a los que más tiempo hemos dedicado y que creo son los que más preocupan a la gente de la isla. Me refiero, por ejemplo, a fondeos y teniendo en cuenta el descontrol que existía en este tema. Mi primera labor como delegado fue ponerme a trabajar en este tema con el conseller de Medi Ambient del Govern, Biel Company, y con los técnicos de su área. El resultado ha sido óptimo en cuanto al control de las áreas protegidas donde crece una especie marina como la posidonia oceánica cuyas praderas son Patrimonio de la Humanidad desde 1999, y que hace que nuestras aguas y playas sean consideradas de las mejores del mundo. Otro asunto que no avanzaba era el relacionado con el deslinde de costas de la isla y por esta razón la primera reunión que mantuve fue con la Plataforma de Afectados y también, con la ayuda del presidente Bauzá, con el Ministerio de Medio Ambiente para conseguir sacar adelante que la modificación de la Ley de Costas incluyera una disposición adicional para Formentera. Esto permitirá que se realice un nuevo deslinde con criterios técnicos diferentes al que se había realizado en su momento y dadas las particularidades de la isla, por lo que la mayoría de las edificaciones antes afectadas quedarán fuera de la zona de deslinde y sus dueños podrán mantener la titularidad de sus propiedades y no el Estado, como hasta ahora. Eso sí manteniendo la protección del litoral. Sobre este tema espero que a finales de este año comiencen los estudios para el nuevo deslinde y contar con un borrador en el primer trimestre del año que viene.