El presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, y el obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, inauguraron ayer por la mañana las obras de restauración del Cementeri Vell de Sant Francesc Xavier, ubicado detrás de la Iglesia de la localidad, que a partir de esta semana se convierte en un nuevo espacio visitable, en horario de martes a sábado, de 10,00 a 14,00 horas.
A la visita acudieron también la consellera de Cultura i Patrimoni, Sonia Cardona; Miquel Àngel Riera, párroco de la isla; Marià Castelló, arquitecto del proyecto de restauración; Jaume Escandell, técnico de Patrimoni, y el historiador Toni Ferrer Abárzuza, así como representantes de Refoart, empresa encargada de llevar a cabo las obras, cuyo coste total, financiado por la máxima institución insular asciende a 57.000 euros.
Después de la firma de un convenio de colaboración con el Obispado para dotar de personal a la hora de mantener abiertas la Iglesia de Sant Francesc, sa capella de sa Tanca Vella y el Cementeri Vell, por un montante de 10.000 euros anuales, Jaume Ferrer comentó que «a partir de mañana (por hoy), la gente ya podrá visitar este espacio, que se suma a las rehabilitaciones de bienes patrimoniales llevadas a cabo en otros puntos de la isla, y dentro de este trabajo de recuperación es importante colaborar con las instituciones que son propietarias, como en este caso la Iglesia».
Por su parte, el obispo Vicente Juan Segura agradeció «al Consell de Formentera y a los técnicos que dentro de cada ámbito y especialidad han hecho posible este resultado y en un lugar de culto».
Características técnicas
Según explicó el técnico de Patrimoni del Consell, Jaume Escandell, «el Fossar Vell es un elemento arquitectónico del siglo XVIII que ya existía en 1757 y que estuvo operativo hasta 1940, cuando se empieza a enterrar en actual cementerio y forma parte del núcleo primigenio de Sant Francesc Xavier y de ahí que se encuentra incluido como Bien de Interés Cultural, en la categoría de conjunto histórico»
Para el arquitecto director de la obra de restauración, Marià Castelló, «el proyecto ha perseguido tres objetivos: consolidar este elemento, utilizando los mismos sistemas constructivos del propio bien; recuperarlo para la ciudadanía que podrá pasear, no como antes que estaba cerrado a la gente, y también brindar un matiz didáctico reflejado en las partes históricas que encontramos en este lugar, cruzado por el medio por una línea imaginaria que une dos fites que fueron concedidas a Marc Ferrer».