La asociación Intersectorial de la Pequeña Empresa de Formentera (Pime) manifestó ayer su «absoluto apoyo» al restaurante de Formentera Juan y Andrea ante la campaña mediática surgida a raíz de la queja de un cliente por los altos precios del establecimiento. «Nos llama poderosamente la atención el silencio que han mantenido las instituciones locales ante la polémica», destacó la patronal, que recordó que «cualquier consumidor dispone de herramientas legales para manifestar sus quejas y disconformidades» y que, de momento, no les consta que se haya producido ninguna queja ante las autoridades de Consumo.
La asociación afirmó en un comunicado que los precios de los establecimiento están expuestos correctamente, incluidos los de Juan y Andrea y que, el cliente debe valorar previamente si el establecimiento se encuentra en su rango de precios.
Desde la Pime defendieron que «en nuestra economía existe la libertad de precios» y que cada establecimiento «decide en función de diversas circunstancias (costes fijos, variables, etc.) lo que cobrará por un determinado producto o servicio».
«Es público y notorio que la ubicación de un establecimiento incide directamente en el precio así como la voluntad de mantener una clientela de un determinado poder adquisitivo, y esto es así en ses Illetes, en Marina Botafoch, en Puerto Portals de Mallorca, en la Piazza de la Signoria de Florencia o en la Costa Azul francesa», manifestaron.
Por último, apuntaron que Formentera es una isla donde el nivel de vida (y, por consiguiente, los precios) es más elevado que en otras zonas debido a la triple insularidad que padece y que al ser la isla con menor tamaño y población «condiciona excesivamente los costes que sufrimos».
El restaurante ha recibido un aluvión de críticas en las redes sociales tras hacerse pública una factura de 337,35 euros cobrados a una pareja por una comida compuesta principalmente por dos platos de pescado y una botella de vino.