Unas setenta personas entre representantes de todos los partidos políticos en el pleno del Consell Insular, a los que se sumaron los portavoces de más de cincuenta de las ochenta entidades y asociaciones de la isla que forman el Consell d?Entitats se reunieron ayer por la noche con el presidente de la Autoridad Portuaria de Balears, Joan Gual de Torrella, el director de la entidad, Juan Carlos Plaza y el alcalde de Eivissa, Rafa Ruiz, quienes estuvieron acompañados por la consellera de Participació Ciutadana, Sonia Cardona y el president del Consell, Jaume Ferrer.
En la primera parte del encuentro, Juan Carlos Plaza explicó las características de la que se pretende sea la nueva estación marítima en Eivissa que acogerá la línea marítima regular entre las Pitiüses y que se trasladará al muelle mercantil a 750 metros del actual emplazamiento frente al cruce de las avenidas 8 de Agost y Jaume I.
Plaza destacó que, «la nueva terminal se plantea como un espacio funcional, con zonas comerciales y de estancias para los pasajeros y con una mejor viabilidad para el tráfico de mercancías». Por su parte el presidente de la APB, justificó en declaraciones previas a los medios que el traslado al muelle mercantil también viene justificado por el incremento de pasajeros entre las dos islas y que se cerró en 2015 con más de un millón y medio de pasajeros.
En su turno de intervención Rafa Ruiz, expresó que «esta es una obra de la Autoridad Portuaria, pero es necesaria la remodelación para Eivissa y descongestionar la zona, por lo que nosotros colaboraremos para que la nueva estación marítima de la ruta con Formentera cuente con servicios lanzadera para que los pasajeros puedan llegar al centro de Eivissa».
Negativa ciudadana
En el turno de apuntes y comentarios por parte de los representantes de los colectivos ciudadanos, todos mostraron su disconformidad con la nueva ubicación ya que la mayoría apuntaban hacia una «discriminación» a la menor de las Pitiüses y a la falta de argumentos de porque se traslada a la zona antes mencionada el tráfico marítimo entre las dos islas. La mayoría de los intervinientes consideraron que no se ha tenido en cuenta la opinión de los formenterenses y sus representantes en este tema. Muchas de las personas que pidieron la palabra destacaron el sobre coste de coger un autobús lanzadera hasta el centro de Vila, cuando los residentes, en la mayoría de los casos viajan a la isla vecina para hacer trámites de toda índole, consultas o tratamientos médicos, así como coger un vuelo, entre otras necesidades. En suma, la sociedad de Formentera no está de acuerdo con esta decisión y pide que se replantee el proyecto, algo que al parecer no entra en los planes de la Autoridad Portuaria.