A partir de hoy sábado se tendrá que andar un rato, tanto como 1,7 kilómetros de ida, y los respectivos 1,7 kilómetros de vuelta, para llegar a al Far de Cap de Barbaria debido a la restricción al tránsito rodado, una medida puesta en marcha por el Consell de Formentera que tiene sus partidarios y, también, sus detractores.
En el bando de los partidarios se encuentran residentes como Tània, que confiesa que «hace ya años que no me acerco al Cap en verano, demasiada gente, mucha basura y demasiados problemas con los coches. Me parece perfecto que se aplique esta restricción, es un buen recurso que ojalá que se extienda a otros lugares». De la misma opinión es Pedro: «Yo estuve en octubre pasado y no me han quedado ganas de volver porque es exagerada la cantidad de coches y motos que se juntan ahí». Añade Pedro que, a su parecer, esta medida se tendría que aplicar también en Illetes. «Hay muchos parques naturales en el mundo donde solo puedes entrar en bicicleta o a pie. ¡El que quiera naturaleza, que sufra un poquito!», sentenció.
En el lado de los detractores tenemos a visitantes como Juan: «Es una medida incómoda para todo el que quiere venir al faro. Lo que pasa es que por la mala educación e incivismo de unos cuantos acabamos pagando el pato todos». Para Pau, la restricción «no acabará con los problemas de suciedad y aparcamiento, solo los desplazará hasta la explanada donde han montado la barrera». Finalmente, Sofía cree que «es una medida que limita mucho al turismo. Por lo que hemos visto, las cosas están a bastante distancia, con lo cual limita bastante. Creo que sería mejor invertir en las carreteras de la isla, no creo que la solución sea venir andando».
Así las cosas, hoy sábado se empezará a poner a prueba la funcionalidad, o no, de la barrera de acceso al Cap de Barbaria.