Formentera celebró ayer la festividad de Sant Francesc Xavier, patrón de la capital de la menor de las Pitiusas. El buen tiempo y unos vecinos de lo más entregados hicieron brillar con luz propia toda una jornada que estuvo plagada de tradición, fiesta y gastronomía.
Ya de buena mañana, numerosas personas se reunieron en la Plaza de la constitución para almorzar una deliciosa frita de polp que, tal y como apuntaron los chefs encargados de prepararla, «es un plato que acompañado de un buen vaso de vino pagès de la isla, se convierte en el mejor almuerzo».
En pleno mediodía y con la iglesia de Sant Francesc a rebosar, tuvo lugar la tradicional misa en honor al patrón, oficiada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura. Una hora después, la misa dió paso a la procesión de las distintas imágenes por las calles del pueblo. Después, el párroco de Sant Francesc, Miquel Àngel Riera, aprovechó para desear «molts anys i bons» a todos los franciscos y al pueblo en general.
Justo de vuelta a la plaza tuvo lugar la tradicional demostración de ball pagès y el posterior convite de orelletes para todos los presentes.
Con el tiempo pasando desapercibido a raíz de la sucesión de celebraciones, llegó la hora de comer. Y, ¿qué mejor para perder el apetito que un buen arroz de matanzas? Sin lugar a dudas, y a tenor de las opiniones de los comensales, la receta que llevó a cabo la Associació gastronómica Es Forn no podía estar más rica: «el más bueno que he comido nunca, de verdad lo digo».
Durante la tarde, la fiesta continuó con juegos infantiles y una popular torrada con música en vivo. Finalmente, el día grande de Sant Francesc culminó con un concierto acústico que reunió a los más noctámbulos, acompañados de la gran oferta gastronómica del mercadillo navideño.