Pau Arranz, de Ara Eivissa i Formentera, ha denunciado que uno de los principales problemas que sufre Formentera es el desorbitado precio de los alquileres. “Puedo hablar en primera persona. Con un sueldo de docente mi mujer y yo pagamos 1.000 euros de alquiler por una casa de dos habitaciones. Ha llegado un punto en que cuando explicas a otros formenterers que pagas este precio por una casa durante todo el año te dicen: "¡Ah, para todo el año! Pues así no está tan mal, hay gente que paga más. ¿Dos habitaciones? ¡Qué lujo!".
Arranz ha criticado que Formentera se ha vuelto un lugar prohibitivo para vivir por parte de los trabajadores que necesita la Isla: maestros, bomberos, policías locales, funcionarios en general de diferentes administraciones, etc. Pero también, ha añadido, por los "formenterers de toda la vida". “Son cada vez más los casos de jóvenes, no tan jóvenes de 30 y 40 años, que, con la posibilidad de vivir en una segunda vivienda que tiene la familia, tienen que vivir con los padres. La segunda vivienda está destinada al alquiler turístico a precios estratosféricos por días durante la temporada a maestros u otros trabajadores el resto del año”, ha señalado.
Otro tema aparte, ha explicado, es el de maestros y profesores que llegan a la Isla y no encuentran casa y deben compartir, pagar un hotel mientras buscan casa o dormir en su coche hasta que encuentran algo. Y cuando la encuentran, ha apuntado, se ven obligados a no poder elegir mucho: “alquileres que comienzan a mediados de septiembre o, aún peor, te sacan a principios de mayo”.
En definitiva, ha indicado, son sólo algunos ejemplos, “una pequeña parte del drama que es la vivienda en Formentera sobre todo para los trabajadores y trabajadoras no nacidos en la Isla, que somos muchos”.
Arranz ha declarado que hay que regular el precio del alquiler en Formentera, donde está el alquiler más alto de todo el Estado. “Que un trabajador de clase media-baja pague 1.000 euros de alquiler en Formentera no tiene ningún sentido. Y, evidentemente, hay más vivienda destinada al alquiler social. Una medida sin la otra no tiene ningún sentido”, ha señalado.
“Un primer paso para que todo esto sea posible, según Arranz, es cambiar la Constitución para que la vivienda sea un derecho. Por ello, votaré Veus Progressistes: para tener unos representantes sin deudas ni intereses personales en Madrid que luchen por nuestros derechos de una vez”, ha concluido.