Tras varias semanas de meteorología adversa para llevar a cabo la actividad, ayer se retomaron las labores del tratamiento aéreo contra la procesionaria del pino en Formentera. La primera tanda de polvorización en helicóptero tuvo lugar a principios de octubre y pese a que estaba previsto que la segunda tanda se llevase a cabo antes de pasar el ecuador de noviembre, el viento y las precipitaciones lo hicieron inviable.
Técnicos de las empresas Estudios Medioambientales (ESMA), desde tierra, y de Rotorsun, en el aire, con el apoyo del Servicio de Sanidad Forestal, han vuelto ahora a pisar la pitiusa menor en una actividad que se desarrollará previsiblemente hasta mañana.
El director del tratamiento, Germinal Belvis, explicó que el viento juega un papel fundamental, ya que si las rachas superan los 10 km/h «podemos saber por dónde pasa el helicóptero, pero no dónde va a parar el producto». Asimismo, la lluvia no es relevante si es poca y leve, «pero si llueve con fuerza la propia precipitación lava el producto y este se perdería». De este modo, no es viable polvorizar la vegetación si se tienen «unas previsiones de precipitación importante en las 24 horas siguientes a que terminemos los trabajos».
«Ahora hay una pequeña ventana de dos o tres días de buen tiempo y podemos aplicar el producto sin ningún problema». Al cabo de un día o dos, según Belvis, «está estudiado que, en general, las orugas ya han salido y han comido las hojas que tienen el producto pegado sobre ellas».
Cabe destacar que el producto empleado en este tratamiento aéreo se llama Belthurul, un fitosanitario de tipo biológico compuesto por una bacteria que se encuentra de forma natural en la tierra y en las plantas. Se degrada rápidamente por el efecto de los rayos ultravioleta y no afecta a otras especies de insectos ni tampoco es tóxico para el resto de animales, las personas o la naturaleza.
Tanto en la primera tanda como esta, se están polvorizando pinos de la zona de es Cap de Barbaria en una superficie de 1.600 hectáreas. El helicóptero suelta aproximadamente 2,5 litros de producto por hectárea y en total se utilizarán entre ambos pases alrededor de 8.000 litros.
Tal y como explicó Germinal Belvis, «hay áreas que por normativa no se pueden tratar, como son aquellas zonas que estén a menos de 100 metros de la costa». Además, detalló que no se actúa en otras zonas de pinar como la de la Mola porque allí no se tiene constancia de la existencia de altos niveles de población de procesionaria.
La finalidad de esta labor, que la Conselleria de Medi Ambient del Govern lleva a cabo en Formentera desde 2017, es reducir los niveles poblacionales de la oruga de procesionaria en la isla. Sin embargo, no es capaz de erradicarla al cien por cien. «Procesionaria va a haber, pero lo que tenemos que procurar es que se mantenga en unos niveles cuyos daños sean asumibles», declaró Belvis.
De manera complementaria, a lo largo del año se realizan muchas más actuaciones en el medio forestal que comprenden desde la instalación de trampas para mariposas, la eliminación de nidos de procesionaria o la instalación de refugios para murciélagos, que ayudan a combatir el insecto, hasta campañas de divulgación y concienciación entre la población.