Hace ahora poco más de un año, se anunciaba a bombo y platillo la puesta en marcha, después de diez años de su recepción, de la esperada balsa de riego que iba a permitir suministrar 114 hectáreas de un total de 69 regantes a través de 24 kilómetros de sistema de riego.
Esta infraestructura había sido una reivindicación del sector agrícola de la isla desde 2003 y supuso una inversión de 8.217.764,38 de euros. Nunca se puso en marcha y el estado de abandono a lo largo de una década hizo necesaria una nueva inversión de 294.116 euros para recuperar su funcionamiento.
Poco duró la alegría en los campos. A finales de julio de 2018, detectaron una salinidad elevada en el agua de la balsa, que no la hacía apta para el riego.
Se da la circunstancia de que el agua que entra en la balsa, lo hace después de pasar por la depuradora y esta no daba a basto en plena temporada turística, además de que los 24 kilómetros de cañerías, seguían presentando residuos de los años en desuso. Por lo tanto, hubo que proceder a la limpieza de todo el sistema.
Malestar
El cúmulo de circunstancias que ha rodeado la puesta en marcha de la balsa acabó generando mucha desconfianza en los miembros de la comunidad de regantes. Muchos de ellos habían hecho inversiones a la espera del agua que no llegaba.
Ayer visitó Formentera la consellera balear de Agricultura, Mae de la Concha y se acercó hasta la balsa, que vuelve a producir agua apta para el riego. La consellera anunció una partida de 94.000 euros en el presupuesto de este año para mejorar el funcionamiento de la infraestructura y de ese modo mostrar «apoyo total a la agricultura local y una apuesta por la soberanía alimentaria».
Por su parte, la presidenta del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer, manifestó que «el correcto funcionamiento de la balsa de riego es muy necesario para Formentera porque sirve para cerrar el ciclo del agua».
Mejoras pendientes
Al encuentro también asistió el gerente de Abaqua, Guillem Rosselló, quien se pronunció sobre el proyecto de que el saneamiento llegue a Ca Marí, algo «que ya está previsto», y la mejora del bombeo de aguas residuales de es Pujols. Rosselló afirmó que a tal efecto se ampliará la Estación de Depuración de Aguas Residuales, en 3.500 metros cúbicos.
Mae de la Concha aprovechó la visita a la pitiusa menor para reunirse con la Comunidad de Regantes y la cooperativa des camp de Formentera para trabajar de manera conjunta en favor de la agricultura y el sector agroalimentario de la isla.