Después de décadas de hablando de ello, y con hasta cinco proyectos fallidos, finalmente la regulación de los fondeos en s'Estany des Peix, en pleno parque natural de ses Salines, va tomando forma. Tras un largo recorrido para consensuar el proyecto con todas las administraciones implicadas y un periodo de alegaciones, ahora llega la parte más difícil. En el lago hay más de 500 embarcaciones fondeadas y con la nueva planificación solo caben 285 entre los pantalanes flotantes y las boyas ecológicas. Las cuentas son claras: casi la mitad de las barcas que hay actualmente deben ir fuera de este entorno natural gravemente degradado por la sobreexplotación –especialmente en verano- que está afectando de manera preocupante a la rica flora y fauna que lo habita.
El reglamento prohíbe las actividades lucrativas e industriales sin autorización y la celebración de fiestas o espectáculos, entre otras.
Todas las barcas que puedan demostrar que hayan fondeado antes del 5 de julio de 2022, fecha en la que se aprobó el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del parque natural, «tienen su plaza asegurada», según dijo este pasado lunes por la noche el conseller de Medio Ambiente de Formentera, Antoni Tur. Y ahí aparecieron las primeras consultas entre el público que abarrotó el cine en el que se celebraba la reunión. Las manos no paraban de levantarse para pedir turno y preguntar centenares de dudas, como «¿cómo se puede demostrar la presencia de una barca durante tantos años, en un entorno en el que hasta ahora no había ningún tipo de control?».
El resto de embarcaciones que podrán optar a uno de los amarres (78 en pantalanes y 207 en boyas ecológicas) son de la lista siete, dedicadas al recreo y a la pesca no profesional, y de la lista ocho de barcos para organismos públicos.
Quedan directamente fuera de ordenación las barcas de la lista sexta, que son las dedicadas al chárter náutico y que deben cesar su actividad en el lago. En este sentido, la Asociación de Profesionales de s'Estany des Peix, manifestaba el desacuerdo del colectivo con la nueva norma, que deja fuera del lago 75 barcas de alquiler de 10 pequeñas empresas. «Desde el primer momento, el Consell de Formentera nos prometió que iban a buscar una nueva ubicación para que podamos continuar con nuestra actividad económica, pero no ha sido así y estamos muy decepcionados», explicó ayer Ferran Lopera, presidente de esta asociación. Según precisó Lopera, estas empresas están buscando una nueva ubicación para el ejercicio de su actividad o se ven abocadas a la desaparición.
El Consell de Formentera ha establecido una tabla de puntuación con la que las barcas van sumando puntos, según este orden: embarcaciones tradicionales, menor potencia y propulsión más limpia, eslora pequeña y las fabricadas con material más sostenible. También puntúa más una matrícula nacional que una extranjera y se valoran los años de experiencia demostrable como usuario del lago. A mayor número de puntos más opciones de conseguir amarre y escoger zona, según explicaron este pasado lunes desde el Consell de Formentera.
Precios de los amarres
Los precios de los amarres oscilarán entre los 50 y los 150 euros mensuales en función del tipo de embarcación, lo que dará derecho a una serie de servicios como vigilancia, barquero y mantenimiento, entre otros.
La normativa prevé una serie de bonificaciones que puede bajar sustancialmente la cuota: jubilados 40%, familias numerosas 30%, barca tradicional 15%, embarcaciones cero emisiones: 25%. Además, estas bonificaciones son acumulables «en el caso de un jubilado que tenga el 40%, si además tiene un llaüt, sumará un 15%, con lo cual su descuento será del 55%», aclaraba Antonio Tur.
Los interesados disponen desde hoy de 30 días hábiles, o lo que es lo mismo hasta el 22 de abril, para presentar la solicitud en la Oficina de Atención Ciudadana (OAC) o en su versión virtual (OVAC). Ante las muchas dudas que puede presentar el proceso, la Conselleria de Medio Ambiente atenderá presencialmente a los interesados que así lo deseen.
La obtención de uno de los amarres también supone obligaciones para sus titulares, que deberán garantizar el buen estado de conservación del entorno, además de tratar la embarcación con productos ecológicos y mantener esta en buen estado de conservación, seguridad y flotabilidad.