Sólo dos de los licitantes a los kioscos de playas de Formentera que no presentaron la mejor oferta económica se hicieron con la concesión. Según se desprende del expediente del contrato de explotación de los servicios de temporada en las playas de la isla, tan sólo la empresa Paraíso de los Pinos, que optaba a uno de los kioscos de Es Pujols, y Ojalá Formentera 3 S.L, que pugnaba por el chiringuito de Ca Marí, lograron ser las propuestas por la mesa de contratación para quedarse con la concesión sin haber presentado la oferta económica más ventajosa.
En el primero de los casos, la empresa que ha sido propuesta para regentar el kiosco presentó la tercer mejor oferta económica, con una aportación 20.000 euros inferior que la quedó en primer lugar en este apartado, María Nieves Tur Guasch, que ofrecía una anualidad de 80.000 euros al Consell insular.
La propuesta ganadora también estaba por debajo de la oferta económica que presentó la segunda posicionada, Esteve Marí Mayans, que proponía abonar una anualidad de 67.481,77 euros. El resto de los ocho licitantes que pugnaban por este lote lanzaron ofertas entre los 25.000 y los 50.000 euros.
En el segundo de los casos, Ojalá Formentera 3 S.L. logró ser la propuesta para la adjudicación del chiringuito de Ca Marí pese a ser la segunda mejor oferta económica con 70.350 euros. En este caso, la oferta más ventajosa fue la de Chiringuito de Bolonia S.L., con 77.230 euros, y quedó en tercer y último lugar la de los actuales concesionarios, Elisabeth Valladolid Portas, que lanzó una oferta de 40.000 euros anuales.
En el resto de lotes, la oferta económica más alta fue la que resultó finalmente vencedora de la licitación. En este caso hay que destacar el chiringuito más caro de Formentera, el de Cala Saona, por el que la empresa Mar y Playa 2 S.L. ofertó un total de 173.400 euros, una cifra muy superior a la de la segunda oferta, la que hizo 4 Elements Trips, que pese a ser también muy elevada (77.230 euros), no se acercaba ni por asomo a la de la adjudicataria. La tercera posición en el aspecto económico fue para el Chiringuito del Sol, que ofertó 53.971 euros, mientras que el resto de licitantes, otros tres, propusieron partidas de entre 34.000 y 37.000 euros.
El segundo de los lotes de la playa de Es Pujols también fue a parar a menos de la mejor oferta económica. Concretamente a la empresa Apartamentos Castaví, que hizo una oferta de 70.825 euros. Esto supone alrededor de 25.000 euros más que la otra oferta que se presentó, que fue de 44.200 euros.
En la playa de Es Copinyar las tres ofertas que se presentaron estuvieron algo más igualadas. Finalmente la más cuantiosa fue la de Tafa Marenglen, que ofreció 34.000 euros, seguida por Bartolomé Escandell Torres, con 31.640 euros y Adán Escandell Garrido, con una oferta de 20.525 euros.
Finalmente, en Mitjorn, la mejor oferta la presentó Far Away La mola, que acabó siendo la propuesta para la adjudicación. Se comprometió a abonar al Consell 81.275 euros anuales. La segunda oferta, algo más alejada, fue la de Davide Busi con 60.000 euros y en último lugar Projecte Mussola S.L., que ofertó 40.000 euros.
Aunque desde el Consell insular de Formentera insisten en que la parte económica sólo afectaba al 35% de la puntuación para lograr la concesión, lo que es evidente, según el propio pliego de condiciones, es que había que hacer muchas más inversiones para poder una buena puntuación en alguno de los otros apartados.
De hecho, según el cálculo realizado por Sa Unió, este porcentaje se elevaría al 75%. En este sentido, el portavoz de la coalición, Llorenç Córdoba, puso como ejemplo la concesión de Cala Saona, donde a los 173.000 euros ofertados hay que sumarle alrededor de 3.000 para socorristas, aproximadamente 10.000 euros en cursos, otros 5.000 para la redacción de un proyecto mediomabiental, la adquisición de un desfibrilador y otros extras a los que obliga la concesión. «Con todo esto se te van unos costes fijos anuales de 200.000 euros», señaló Córdoba. «Esto es una exageración, ¿cómo van a sacar este dinero? O van a cambiar mucho el modelo de negocio o no llegan ni a la mitad», recalcó.
Insistió a su vez el portavoz de la oposición de Formentera en que en todos los aspectos que se valoraban en el concurso público todas las empresas habían quedado más o menos igualadas, e incluso en algún aspecto habían logrado cierta ventaja las empresas familiares, «pero finalmente ha servido de muy poco porque ha primado la potencia económica».
Además de todo el dinero que debía invertir cualquier empresa que optara a una de las concesiones de playas de la pitiusa del sur, Córdoba recordó que, simplemente para poder participar en el concurso, había que realizar una serie de gastos que ya no recuperarán. «Las empresas aspirantes se han gastado una media de entre 20.000 y 25.000 euros en informes y proyectos, y ese es un dinero que las que no han sido elegidas no van a recuperar».
Además, criticó todo el retraso que ha habido en este proceso y el doble perjuicio que va a suponer para los que no han repetido concesión. «No es sólo que hayan perdido la concesión», subrayó, «es que tienen que empezar a buscar trabajo con la temporada prácticamente encima, cuando las empresas ya tiene prácticamente todo el personal», concluyó.
El apunte
Réquiem por la «muerte del modelo tradicional de los kioscos» de la isla
Formentera guardará mañana un minuto de silencio por «la muerte del modelo tradicional de los kioscos» de la isla. El acto, convocado por la Asociación de Concesionarios de Playas, tendrá lugar a las 18,15 horas en la plaza de la Constitución de Sant Francesc.
«En los últimos años, en Formentera, estamos viendo cómo el modelo turístico y empresarial está cambiando», reza el texto que acompaña a la convocatoria, «cada vez hay más fondos de inversiones o grupos empresariales que concentran, cada año, más empresas en menos manos».
Esta concentración del empresariado de la isla en pocas manos provoca que «el modelo económico tradicional y familiar de la isla esté en peligro», continúa el escrito, que califica a su vez la licitación de las concesiones de playa resuelta por el Consell, donde primaron las ofertas económicas por encima de los proyectos y de la tradicional forma de llevarlos, como «el último clavo del ataúd» de la gestión familiar de los chiringuitos de playa.
«Siendo los kioscos un segmento estratégico del turismo de Formentera, se ha cambiado totalmente su identidad», indicaron.