La Sala de lo contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Baleares ha condenado al Consell de Formentera a otorgar una licencia de obra mayor para la construcción de una vivienda unifamiliar aislada en la Venda de Sa Talaiassa, en la Mola. Del mismo modo, el auto estima el recurso interpuesto por la parte solicitante de la licencia contra la sentencia de fecha 21 de julio de 2021 por el magistrado del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Palma, por lo que revoca el fallo que daba la razón en este caso a la administración.
Todo comenzó el 20 de diciembre de 2006 cuando el propietario de unos terrenos solicita al ayuntamiento de Formentera, cuyo alcalde en aquellos tiempos era Isidor Torres, una licencia de obra mayor para construir una vivienda unifamiliar en una parcela de 52,301 metros cuadrados según el Catastro y 45.679 metros cuadrados según el Registro de la Propiedad en suelo rústico protegido ANEI.
Los servicios técnicos municipales remitieron el expediente al Consell Insular de Ibiza y Formentera para la emisión de un informe vinculante respecto al cumplimiento de los requisitos de parcela mínima.
En junio de 2008 la tramitación del expediente quedó en suspenso debido a la entrada en vigor del Decreto Ley 1/2007 hasta que el correspondiente instrumento de ordenación territorial fijara los nuevos parámetros de edificación en área ANEI. Tras la aprobación en 2010 de la revisión de las Normas Subsidiarias de Formentera, en 2011 se requirió a la propiedad que aportase el proyecto adaptado al nuevo instrumento de planeamiento, requerimiento que fue cumplimentado por el solicitante tres meses después.
Urbanismo determinó que había que solicitar informe a la Comisión Balear de Medio Ambiente, a la Dirección General de Biodiversidad y a la dirección General de Recursos Hídricos. Todos estos informes avalaron la construcción de la vivienda unifamiliar, por lo que el 24 de julio de 2014, el 21 de octubre de 2014 y el 12 de enero de 2015 el promotor reiteró la solicitud de licencia. Sin embargo, desde el ya Consell de Formentera, en manos en esos momentos de Gent per Formentera, no se dieron por satisfechos con toda la documentación recabada y pidió a la Comisión balear de Medio Ambiente que «reconsiderase» su decisión anterior y emitiese un nuevo informe, a lo que se negó por considerarlo improcedente.
Pese a todos los informes favorables al solicitante, el Consell denegó la licencia, lo que obligó al promotor a ir a la vía judicial, que en primera instancia falló a favor del Consell pero en apelación dio la razón al solicitante d ella licencia.