Vicent Coves vive en una tranquila casa payesa en la vénda des Brolls. Desde que se quedó viudo se las apaña solo, cuidando un pequeño jardín que justo da a la parte trasera de la nave incendiada.
El martes por la tarde se alteró la tranquilidad del entorno: «Estaba dentro de casa y empecé a escuchar unas explosiones terribles. Al salir, el fuego y el humo lo inundaban todo. Los botes de productos inflamables salían disparados como misiles y algunos llegaban hasta aquí. Cerré toda la casa y los bomberos vinieron a decirnos que teníamos que retirarnos para evitar el peligro», explica Vicent Coves.
Al parecer el fuego había prendido unas estanterías de neumáticos en el momento en que todo el personal había abandonado la nave para ir a comer. Las llamas se hicieron enormes en solo unos minutos, junto a grandes cantidades de humo negro, propio de la combustión de casi un millar de vehículos que se encontraban en el interior de la nave de más de mil metros cuadrados. Según explicaron ayer desde el Consell de Formentera, el fuego se reavivó durante la madrugada. En este sentido, sobre las 03.37 horas el fuego se dio por extinguido, aunque sobre las 05.40 horas hubo un rebrote de las llamas, quedando controladas a las 07.15 horas. Durante la mañana de ayer, el incendio estaba «prácticamente extinguido».
«El humo no nos dejaba ver nada y hacía un calor horrible. El fuego quemó las instalaciones electicas y superaba la altura de ese pino que mide más de 12 metros», sigue relatando Coves. «Estaba convencido de que mi casa iba a ser pasto de las llamas y que ya nunca más podría volver a ella», precisa este vecino.
Por fortuna, la rápida y efectiva intervención de los bomberos acabaron salvando la propiedad de Vicent que sigue explicando: «Los bomberos hicieron un gran trabajo y estoy especialmente agradecido con el piloto del helicóptero, él salvo nuestra casa». El helicóptero de los bomberos estuvo durante varias horas cargando agua en la balsa de riego y remojando la zona para así evitar que las llamas continuaran su avance irremediable a la casa vecina. «Por lo menos, la balsa de riego ha servido para algo», ironizaba el propietario de la casa.
El recinto de la nave se encuentra precintado y una furgoneta de la Guardia Civil vigila las 24 horas que nadie pueda entrar en la zona afectada, para evitar cualquier tipo de intervención, hasta que finalice la investigación que ha de esclarecer los hechos.
Se trata de la nave central de Moto Rent Migjorn, en la que almacena gran parte de sus vehículos de alquiler. La empresa dispone de varios puntos de entrega de coches y motos y gracias a la labor voluntaria de los vecinos de la zona se pudieron salvar coches y motos que se encontraban en el exterior de la nave calcinada, con lo que podrán seguir atendiendo una parte de la demanda.
En una primera valoración hecha por la familia propietaria del negocio, y a la espera de la tasación final de los peritos, se calculan en unos cinco millones de euros los daños económicos que ha quemado el fuego.