Xavi Lucena y Edu Romero son dos amigos deportistas que comparten una pasión: los deportes acuáticos. Ambos tienen sendos años de experiencia en el mar y les gusta disfrutar la vida al máximo e imponerse retos. Estos dos mallorquines y su pasión por el Mediterráneo han sido noticia por cumplir uno de sus sueños: dar la vuelta a Formentera en paddle surf.
Esperaron tres años para que se dieran las condiciones climatológicas perfectas. Estaban preocupados especialmente por el viento norte y noreste, ya que puede producir oleaje pesado alrededor del faro de la Mola. Cuando estuvieron preparados, emprendieron el camino.
Los intrépidos aventureros empacaron en sus mochilas todo lo necesario. En una mochila llevaban sacos de dormir y enseres esenciales como linternas y frontales. En la otra, un tupperware enorme lleno de macarrones, fruta, geles energéticos, barritas energéticas, chucherías y agua. Pernoctaron en Ibiza en la casa de la pareja de uno de ellos y al día siguiente tomaron el primer barco que les llevaba a Formentera.
Una vez allí, desayunaron fuerte, inflaron los paddle surf, se pusieron crema solar en todo el cuerpo y comenzaron a remar. Eran las 7:15 de la mañana y ante ellos se desplegaba una mar en calma como una balsa de aceite. Las condiciones climatológicas eran perfectas. Según las previsiones (que calcularon infinidad de veces) tardarían dos días en dar la vuelta entera a la pitiusa menor.
El primer día se encontraron que la corriente había arrastrado innumerables medusas al lado oriental de la isla. Por suerte, procedieron con cuidado y no sufrieron picaduras. Formentera se encontraba por esas fechas (Semana Santa) muy vacía, no se cruzaron apenas con muchos barcos y la travesía fue todo lo perfecta que una persona pudiera desear. A lo largo de la costa de levante hallaron cuevas, embarcaderos, calitas y rincones paradisíacos. "Mucha gente piensa en el Caribe, pero no aprecia este paraíso que tenemos tan cerca de casa", nos cuenta Edu Romero.
Tras casi doce horas, 32 kilómetros de recorrido y 1.800 calorías quemadas, buscaron un confortable embarcadero para pernoctar. No usaron tiendas de campaña, pues son muy voluminosas para su transporte. Durmieron al raso, envueltos en saco de dormir en un pequeño recoveco del tejado del embarcadero, resguardados de la humedad, exhaustos por la travesía. Edu durmió encima de una esterilla inflable. Su compañero decidió arriesgarse a dormir sobre la piedra desnuda. Por suerte, no había mosquitos que los picaran mientras pernoctaban.
Al día siguiente desayunaron la fruta que traían con ellos. Las provisiones fueron diezmando. Todavía tenían algo de fruta para la merienda. Su plan era hacer dos paradas estratégicas: es Caló para comer y es Pujols para cenar. Habían contactado de antemano con supermercados de ambas localidades para comprobar que estaban abiertos y que preparaban bocadillos.
La segunda parte de la aventura se presentaba con un poco más de carga física. El día anterior les había exigido gran parte de sus fuerzas. Por fortuna, ambos son deportistas acuáticos experimentados. "No fue tan duro físicamente como psicológicamente", apunta Edu. Ya el año pasado cumplieron uno de sus sueños: recorrer los 136 kilómetros de la costa de la Serra de Tramuntana en paddle surf. Lo hicieron en cinco etapas, durante cuatro veranos distintos. Esta vez eligieron Formentera como el destino para sus aventuras.
Remaban tranquilos, sin darse mucha prisa, reservando energías, calculando minuto a minuto el recorrido y actualizando partes meteorológicos. Una embarcación de un puerto cercano estaba al tanto de sus movimientos. Sabían que si los aventureros no contactaban con ellos después de cierta hora, algo había sucedido. Por suerte, no tuvieron que acudir a su rescate.
Durante la segunda jornada hicieron las paradas previstas. "Mi compañero dice que soy un obseso de la planificación". Según Edu, cumplieron todas las previsiones al milímetro. Hicieron las paradas correspondientes para la comida y la cena, en es Caló y en es Pujols, y, tras recorrer otros 38 kilómetros, cerraron el círculo y volvieron al punto de partida. "El objetivo era salir por la misma roca por la que entramos", comenta Edu. Tras pasar por el faro de la Mola y dar la vuelta a Illetes, arribaron de nuevo al puerto de la Savina con la satisfacción de haber completado otro reto.
En total, 24 horas y 70 kilómetros arriba del paddle surf. "Es una satisfacción gigante, ese empuje de no rendirse, fue un disfrute y un orgullo muy grande para nosotros", apunta Edu. "Mi madre preguntaba: ¿es necesario? Pero es lo que nos gusta, somos jóvenes, queremos vivir al máximo". Edu nos confiesa que tienen más retos preparados, aunque todavía no se aventura a decirnos cuándo.
Podéis seguir a Xavi Lucena y Edu Romero en sus redes sociales:
@xavixeii
@eduromeroo
Súper bien. 💪🏼💪🏼💪🏼