En septiembre de 2023, tres chicas jóvenes que compartían piso en Cala Saona empezaron a sospechar de que había alguien que entraba en su apartamento. A raíz de las sospechas decidieron instalar cámaras de seguridad. Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que el marido de la propietaria del apartamento que arrendaban entraba casi a diario a revolver el cesto de la ropa sucia para oler sus bragas, según informa Última Hora.
La Audiencia Provincial de Palma condenó el pasado martes al octogenario a un año y tres meses de prisión. La vista se realizó mediante videoconferencia. El anciano se declaró culpable de un delito de allanamiento de morada y tendrá que indemnizar con 2.500 euros a cada una de las perjudicadas por daños morales.
Las jóvenes denunciaron los hechos ante la Guardia Civil, que acabó por arrestar al sospechoso. Pese a la sentencia, la pena ha quedado suspendida durante dos años con la condición de no delinquir en ese plazo y abonar el importe de responsabilidad civil.
Ya no se pueden tener ni hobbies.