Un grupo de vecinos, comerciantes y miembros del Centro Islámico de Formentera se han movilizado el miércoles por la tarde en Sant Ferran para trasladar su preocupación a la Guardia Civil por la falta de seguridad y la sensación de impunidad asociada a las acciones de un pequeño grupo de individuos, identificados como responsables de distintos incidentes en la zona.
Según ha recogido Ràdio Illa, durante la concentración frente al cuartel, una quincena de residentes han expresado su malestar ante robos en comercios, viviendas y altercados en la vía pública. Los vecinos han señalado que estos hechos, atribuidos a entre tres y cuatro personas, incluyen amenazas, embriaguez en la calle, agresiones y, en ocasiones, la exhibición de objetos punzantes como cuchillos. Aunque pretendían presentar una denuncia colectiva, el agente les ha informado que cada afectado debe formalizar su denuncia de modo individual y sobre hechos concretos, por lo que la iniciativa no ha prosperado.
Denuncias sin resolver
Fran Chacón, gerente de un restaurante local, ha explicado que después de dos años denunciando robos y amenazas: "Al final te acabas cansando". El empresario relata que uno de los acusados no compareció en el juicio, lo que ha impedido resolver el caso. Añade: «Cuando cierro, siguen allí amenazando con botellas, casi todas las noches tengo que avisar a la Guardia Civil y he contratado seguridad privada. Uno de los vigilantes fue agredido».
Miedo y preocupación por la seguridad de las familias
Álex Abril, empresario del pueblo, asegura que la preocupación por la seguridad afecta especialmente a las familias: «Los vecinos están cansados porque la situación se extiende desde hace tiempo. Hay personas identificadas que generan inseguridad, la gente tiene miedo y los niños no pueden ir solos, ya que en la plaza puede haber personas ebrias llevando un cuchillo. Sabemos quiénes son pero no hay una solución clara. Según la Guardia Civil, los envían a Ibiza a los Juzgados, pero regresan y el problema continúa».
Más presencia policial
Tal y como ha recogido el medio anteriormente citado, Zaid Asabó, en representación del Centro Islámico, critica que los robos afectan al bienestar de familias y negocios: «Queremos mayor vigilancia, más presencia policial y colaboración ciudadana. La seguridad es un derecho de todos. La convivencia se construye con respeto y justicia entre los vecinos». Por su parte, Jamal El Mansouri, presidente de la entidad, remarca: «Estamos hartos de esta situación y tenemos miedo por nuestros hijos».
Inseguridad diaria
Según Óscar, vecino de la zona que ha sufrido robos de bicicletas y patinetes e incluso ha sorprendido a uno de los individuos dentro de su vivienda durante la noche: «Cada día aguantamos amenazas con cuchillos, peleas y altercados, incluso han llegado a subirse a la iglesia para tocar la campana o lanzar piedras a la policía. Mi mujer tiene miedo cada vez que regresa tarde del trabajo, y la tengo que acompañar al aparcamiento. Esto no se vive ni en barrios tradicionalmente conflictivos como la Zona Franca de Barcelona».
Llegan los moros y los negros y todo se distorsiona!! Pueblo que pisan, pueblo que embrutecen!!!