Con un genérico y entusiasta «todos servimos», una empresa de publicidad convocó ayer al mediodía a las personas interesadas para un improvisado casting celebrado en el Hotel Los Molinos de Eivissa.
Los requisitos para participar en una futura campaña de promoción televisiva vinculada a Calvo Pesca, no eran demasiado estrictos. Según figuraba en el aviso: «necesitamos desde señoras obesas hasta chicas guapas; niños o mayores. Gente de todo tipo. No importa edad, estatura o peso».
Y ante la extensa invitación allí acudieron varias decenas de espontáneos que querían probar suerte como artistas. Es el caso de Ruth Ríos: «Me presenté para pasar el rato» o de Dori: «Siempre vengo a este tipo de cosas. Nunca se sabe donde puede estar el futuro de uno». Entre ambas distan más de cuatro décadas pero la ilusión salva los pequeños detalles. Otros, más profesionales llevaban sus books, currículums y acreditaciones bajo el brazo. Miriam, pese a sus 17 años, ya posee una larga experiencia en televisión y pasarela : «Me encantaría ser actriz o modelo. Esa es la razón por la que estoy aquí», opinión a la que se suma José Francisco. La mayoría, sin embargo, fueron a probar suerte sin más referencias que lo que saltaba a la vista y se contentaron con pasar un buen rato.
Lo único que se les pedía era el nombre y a partir de entonces pasaban a ser un número y un teléfono que empezará a sonar a partir de mañana.