Motos antiguas mimadas como hijos por sus amos, chupas de cuero y carretera, mucha carretera por delante. Este es el panorama con el que se encontrarán los cinco moteros del Club de la Moto Clásica de Eivissa y Formentera, que a partir de hoy participarán en un tour por la isla de Mallorca, organizado por el Moto Club Siurell. Estos cinco pilotos ibicencos llevarán cuatro de sus máquinas a Mallorca: dos Guzzi 98 de 1956, una Montesa Impala de 1960 y otra Guzzi Súper Alce de 1946, la más veterana de la expedición. Todas, verdaderas joyas de la automoción, que ya han dejado de ser viejas carracas para entrar en la galería de las reliquias de las dos ruedas.
Precisamente, la vejez de las motos es una de las pocas condiciones que impone la organización para participar en esta competición; todas las máquinas inscritas deben ser anteriores a 1965, como explica José Luis Mir, el presidente del Club de la Moto Clásica. Sin embargo, los motores de las máquinas deben acreditar una juventud envidiable, de lo contrario les será difícil superar los 200 kilómetros de los que consta esta competición.
Pese a todo, no se trata de llegar antes que los demás, sino de disfrutar el trayecto. Hay premios, pero están reservados para los que demuestren tener una moto mejor restaurada y para quienes lleven el mejor vestido de época, como explica Mir.