La indecisión reinaba en los primeros compases, hasta que el «Qué será, será» se hizo con el ambiente. Parejas heterosexuales o de mujeres exclusivamente disfrutaron con los sonidos del acordeón que marcaba sus pasos tras un principio en el que los más dispuestos a bailar tuvieron que disipar sus dudas. Unas cincuenta personas disfrutaron del acto organizado con motivo de las fiestas del patrón en el Club de Persones Majors, Clot Marés de Sant Antoni.
Y mientras Doña Ana se divertía con sus mejores galas y amigas en el centro, Bárbara estaba preocupada por haber manchado de arcilla el traje que le había prestado su prima para la ocasión. Respaldadas por un nutrido grupo de niños (que incluso alcanzaban el medio centenar) que congregó una asociación juvenil de la localidad, los talleres de barro, pintura o confección de joyas, tuvieron gran éxito. Las cuatro monitoras de tiempo libre que acudieron a diseñar el acto, aprovecharon la infraestructura de la plaza de s'Era den Manyà en la que se desarrolló y utilizaron el suelo para realizar algunos juegos como piñatas o globos con sorpresas. Sant Bartomeu fue ayer la excusa perfecta para que nadie dejara de ser feliz.