Más de 450 participantes. Avalado por esta cifra, Mariano Moreno, del Paladines Custom-Club de Eivissa, pudo calificar como «un gran éxito», la cuarta convocatoria de su reunión anual de motos.
Concentrados en Cala Bassa desde el viernes por la noche, los vehículos de dos ruedas realizaron ayer una ruta por toda la isla recorriendo pueblos como Sant Antoni o Santa Agnès hasta alcanzar la capital a las dos del mediodía. Desde allí partieron hacia Sant Rafel donde comieron una gran paella. La edición de este verano ha contado con un grupo invitado de Murcia que ha aportado 62 aficionados que vienen a sumarse a los 50 ibicencos, 90 de Palma y varios centenares de diferentes puntos de España hasta alcanzar el cómputo total.
El más lejano superó una distancia de 1.000 kilómetros para llegar a la zona de concentración, en una muestra del espíritu que preside este encuentro, marcado por el compañerismo y la pasión hacia un hobbie convertido en una manera de vivir. Un obsequio en forma de vídeo y diversa información de las Pitiüses abrió el itinerario por la isla que supondría el inicio de un programa que se cerró anoche con una cena y un concierto de rock.