El alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, está decidido a hacer cumplir estrictamente todas las ordenanzas municipales relativas a horarios de bares y discotecas y, muy especialmente, las referidas a los volúmenes de música, con el objetivo de reducir la contaminación acústica que sufre la ciudad durante la noche. Tarrés asegura que para él son prioritarios «los ciudadanos que quieren descansar, porque los que quieren ir de fiesta tienen una serie de sitios y de horas a las que se lo pueden permitir sin molestar a los demás, a los ciudadanos que a la mañana siguiente tienen que ir a trabajar».
El máximo responsable del Consistorio ibicenco, en coordinación con el concejal encargado de la Policía Local, Pedro Campillo, ha ordenado en las últimas semanas a los agentes que se intensifiquen los controles y, si es necesario, se multe y se precinte a los locales que estén incumpliendo reiteradamente la normativa. «Lo que queremos es que la gente vea que vamos en serio», señala Tarrés, que no está dispuesto a que los propietarios de los bares crean que se trata tan sólo de una amenaza que caerá en el olvido después de un par de días.
De hecho, la Policía ha precintado ya el equipo de música que tenía instalado sin permiso un frecuentado local del puerto de Eivissa, perteneciente a una conocida discoteca. También se ha sancionado y precintado a una cafetería de esta misma zona que «estaba incumpliendo el horario de cierre de forma continuada».