Rubén es uno de los 126 alumnos ibicencos que cuenta con tres días para afrontar una de las pruebas que condicionarán su futuro como informático de sistemas: la selectividad. A pesar de tener clara su vocación, depende de una nota para poder asegurar su entrada en la universidad. Setenta y dos horas en las que las puertas se abren para todos a través de las cerraduras de lengua, filosofía, catalán o comentario de textos, mientras que las opciones marcan la pauta en matemáticas, física, literatura y otras asignaturas. Tanto él como su amigo Fran, ambos del instituto Blanca Dona, repiten la experiencia de junio, a diferencia de los ocho jóvenes que lo hacen con el objetivo de mejorar su calificación y conseguir así la posibilidad de cursar la enseñanza superior elegida.
El peso mayoritario de los presentados lo componen las mujeres, tanto a nivel de LOGSE como en el COU de la modalidad de bachillerato antiguo con unos porcentajes que alcanzan 25 de 39 y 43 de 87, respectivamente.
En cuanto a la otra parte, el tribunal que se ha trasladado como en anteriores ocasiones desde Palma, está compuesto por trece profesores, un número algo inferior respecto a la anterior convocatoria, debido en parte al descenso también de examinados.
Como anécdota destacar el hecho de que en Formentera no se ha celebrado la cita ya que únicamente concurría a ella una persona que hubo de trasladarse. Por lo demás, la jornada transcurrió sin incidentes.