El president del Govern, Francesc Antich, se mostró ayer muy crítico con el dictamen del Consell Consultiu al considerar que el documento ignora la naturaleza autonómica de los consells insulars. El president anunció además que el Govern ni renuncia a que las instituciones insulares tengan ciertos órganos de gobierno en los que formen parte personas no electas, si bien precisó que los no electos deberán estar sometidos jerárquicamente al president del Consell, a la Comisión de Gobierno y a pleno de la institución. «No quiero que el Consell sea una simple Diputación», afirmó Antich. «Con absoluto respeto a la institución, desde el Govern y desde su presidente hay una discrepancia clara con el punto de partida de que los consells son estrictamente instituciones locales», señaló. El president añadió: «No discuto que el Consell tiene la naturaleza de administración local, pero no pura y simplemente esta naturaleza».
En opinión del president, la lectura literal del dictamen realizado por el órgano asesor «no sólo pone en peligro el futuro desarrollo de los consells, sino que además pone en duda el pasado». Antich recordó que, durante estos años, el Consell ha funcionado como administración autonómica en las competencias que ha recibido desde el Govern balear. De hecho, el president del Govern precisó que, en estos momentos, la Comissió Insular d'Urbanisme está presidida por una persona no electa dada su condición de competencia transferida desde el Govern.
«Lo más preocupante del dictamen del Consell Consultiu es que la filosofía de la que parte supone renunciar a nuestra identidad», afirmó el president. «El Govern no puede defender que los consells insulars sean simples diputaciones porque el Estatut dice bien claramente que las instituciones insulares deben ocupar un papel autonómico», añadió.