El «Acampallengua» acabó el pasado domingo en la localidad mallorquina de Alcúdia con la convicción de que es mucho más que una fiesta o una simple reivindicación lingüística. Esta iniciativa de la Plataforma del Joves per la Llengua se puede convertir en una experiencia exportable a otros lugares de habla catalana para fomentar el uso del catalán entre los chavales. Así, al menos, lo apuntaron los representantes de las distintas localidades en las que se emplea el catalán y que participaron en una charla el domingo. Entre éstos, destacaba un nutrido grupo de jóvenes pitiusos. El debate puso de manifiesto realidades muy diferentes de la situación lingüística en cada lugar, para destacar el retroceso registrado en el uso público de esta lengua, sobre todo en la región valenciana. Asimismo, se apuntó la necesidad de que las instituciones públicas se impliquen para lograr una plena normalización lingüística.
A pesar de este panorama, las expectativas son bastante optimistas si se tiene en cuenta que todo el mundo destacó el renacimiento de un tejido de entidades cívicas que reclaman una mayor presencia de la lengua catalana en la vida cotidiana. Además, la implicación de los jóvenes en este tipo de iniciativas es cada vez mayor. Para contrarrestar esta tendencia se apuesta fuerte por iniciativas como una red de casals de cultura catalana, como el «Jaume I», promovido desde Alicante y que ahora se ha exportado a la Franja de Poniente.
Al margen del debate, la última jornada dio para mucho más. Así, algunos de los supervivientes del concierto de rock y la fiesta dance del sábado se atrevieron a apuntarse a unos ejercicios de aerobic o practicar el Tai chi. Con esto, se dio paso a los adioses.