La tradición popular marcó la jornada festiva de ayer. Así, a las diez y media en punto de la mañana, la banda de música Ciutat de Eivissa, dirigida por Manuel Ramón, llenaba de notas la plaza de la catedral a la espera del inicio oficial de los actos institucionales. A ritmo de pasodobles, la presidenta del Consell, Pilar Costa, y el vicepresidente del Govern, Pere Sampol, descubrieron una placa en recuerdo de la antigua Universitat de Eivissa, según explicó Costa, «la primera institución de autogobierno de la isla».
Tras este acto, las autoridades, insulares y municipales, presentes en la Catedral accedieron al interior del templo para asistir a la Misa Solemne en honor a Sant Ciriac, oficiada por el Obispo de la Diócesis, Agustín Cortes Soriano. En su homilía, Cortés Soriano, destacó el sentido religioso de la jornada y pidió perdón «por si algún día los cristianos de las islas no han significado un bien para el pueblo». Tras la misa, los representantes de las Colles de Ball Pagès de las Pitiuses encabezaron la tradicional procesión que, tras su paso por la capilla de Sant Ciriac, llegó al Ayuntamiento.
Al margen de los discursos y la ofrenda floral a Montgrí, la polémica llegó con la actuación de la Policía Local que obligó a identificarse a los miembros de Esquerra Republicana de Catalunya a quienes les requisaron el material reivindicativo que repartían como cada año ante la estatua de Guillem de Montgrí. El nerviosismo lo provocó la presencia de una bandera republicana en el Ayuntamiento. Al final, la intervención de los políticos y la buena voluntad de ambas partes evitó que el enfrentamiento llegara a mayores.