Son sin duda uno de los objetos fetiche de este verano de 2000 a punto de finalizar. Las pulseras tibetanas primero, y las indias más tarde, han llenado de color y convertido en talismán muchas muñecas de hombres y mujeres tanto en Eivissa como en el resto del territorio nacional.
Los puestos de souvenirs de la zona de la Marina o cualquier otro enclave turístico de la isla son los lugares en los que se pueden encontrar este tipo de adornos tan demandados desde hace varios meses. De hecho, uno de los vendedores de estos artículos comentó que en más de una ocasión vieron agotadas las existencias.
El verano empezó con una fiebre por las pulseras tibetanas, cuyo modelo original es de madera tallada con los símbolos tibetanos de la suerte, y que en los distintos puestos se pueden ver en madera, cristal imitando a piedra, plástico facetado y las de piedra natural semipreciosa, sin duda las de mejor calidad y mayores poderes, según los entendidos. Y es que estas pulseras de distintos colores tienen el poder de proteger o traer suerte, inteligencia o pasión según su color o colores, ya que las hay que incluyen varios de ellos .
Aunque las más vendidas han sido la rosa para el amor, la cobre para la salud, y la amarilla para el dinero, el resto de colores tampoco se han quedado en las mesas de venta. El azul para la ilusión, el rojo para la pasión, el verde para la esperanza o el lila para la inteligencia, también los hemos podido ver puestos en muchas muñecas, al igual que el plata para el vigor, el naranja para la protección, el negro para el poder y el marrón para el coraje. Y han sido muchos masajistas y gente que trabaja con las manos los que se las han comprado para no perder energía.
Lo más novedoso de estos accesorios, fabricados en China o traídos de México o Brasil, en el caso de ser piedras naturales auténticas, son las fosforescentes, «que rizan el rizo», según comentó Pedro, uno de los responsables de estos puestos, y que se utilizan simplemente de adorno.