La mayoría de los comerciantes pitiusos no conocen las reformas que implica la aprobación del Decreto de medidas liberalizadoras de los horarios activado por el Gobierno central. Este desconocimiento, que se deduce al interrogar a los empresarios y trabajadores que no secundaron el paro, podría ser la causa de la escasa repercusión de la jornada de protesta.
Los pocos comerciantes que conocen los términos de la reforma fueron precisamente los que cerraron sus puertas ayer, mostrando públicamente su descontento por el cambio que «solo beneficia a las grandes superficies».
En el Mercat Nou casi el cien por cien de los comerciantes cerraron sus puertas, una excepción dado el escaso apoyo al paro en el resto de la isla, y todos conocían con mayor o menor detalle el origen de la convocatoria. Empleados y propietarios de los puestos coincidían al señalar los perjuicios que les supone este decreto. Una de dos, o abren más horas y más festivos para hacer frente a la competencia o se quedan en la estacada.
Los propietarios de comercios lo tienen claro. Son pequeños empresarios con negocios familiares que no pueden asumir los gastos que supone contratar a más personal o pagar horas extras a los que ya trabajan en el comercio. Además, creen que el hecho de abrir tantas horas y más días les va a restar calidad de vida al reducir su tiempo de ocio y de disfrute de sus familias.