Los dos últimos pabellones militares de la zona de es Soto empezaron ayer a ser derribados y, en apenas quince días, el Ayuntamiento de Eivissa prevé que la zona quede totalmente despejada y libre de escombros. Estas tareas son el último paso en una larga historia que se inició con la firma de un acuerdo entre el equipo de gobierno municipal y el Ministerio de Defensa para permutar estos terrenos por otros. El proceso ha sido largo y hubo que llegar, incluso, a una intervención judicial para lograr que los últimos inquilinos de estos inmuebles abandonaran sus viviendas.
El concejal de Urbanismo del Consistorio ibicenco, Joan Boned, explicó ayer que la operación de derribo y desescombro iba a costar a las arcas municipales algo menos de cuatro millones de pesetas y pidió comprensión a los habitantes de la zona dado que es muy probable que se provoquen «ciertas molestias» durante las dos semanas que durarán los trabajos.
Como ya informó recientemente Ultima Hora Ibiza y Formentera , el Ayuntamiento no ha tomado aún una decisión final sobre el uso que se dará a estos terrenos, entre otras cosas porque aún no se sabe si será viable construir un aparcamiento subterráneo en Vara de Rey. «Se había hablado de dejarlo como zona verde, pero últimamente vecinos de sa Capelleta han planteado que se utilice para mejorar la falta de aparcamientos de la zona. No descartamos nada», comentó Boned.
Anteriormente, el Ayuntamiento había procedido ya a derribar los otros dos pabellones que existían en la zona y que, como éstos, se encontraban en muy mal estado.