La Escuela Taller de Cantería de Eivissa acoge desde el pasado mes de diciembre a cinco alumnos, dos chicas y tres chicos, que están aprendiendo los entresijos de uno de los oficios más tradicionales y creativos: el de cantero.
Eugenio Olaria es el monitor que dirige este taller de formación teórico-práctica en el que todos los contenidos están interrelacionados entre sí: «Además de aprender a manejar las distintas herramientas, también están conociendo las propiedades de la piedra, los distintos tipos, y están empezando a leer e interpretar un plano y a hacer un presupuesto», explicó el monitor. Los conocimientos teóricos y de cultura general e historia y patrimonio de Eivissa los imparte una aparejadora un día a la semana en una de las aulas de Can Ventosa, combinándolos con alguna visita a las murallas de Dalt Vila y excursiones a torres de defensa, iglesias rurales y alguna cantera «para que vean las aplicaciones de los trabajos que ellos mismos están realizando en el taller en estos momentos», explicó Eugenio Olaria.
Hasta el momento y a lo largo de los cerca de tres meses de curso, Toni, Leticia, Vanessa, Esteban y Jesús han realizado labores de labrado de piedra para pavimentación, un muro de piedra en seco, y han descubierto los secretos de la materia prima: «La piedra de marés es mucho más fácil de trabajar que la piedra viva», reveló Toni, uno de los alumnos que ha descubierto un oficio en el que se siente a gusto.
Ayer, los cinco integrantes del taller practicaban la talla de piedra para pavimentación en piedra viva con punteros, campanas, uñetas, bujardas y escafiladores, herramientas de trabajo básicas, junto al mono, las botas y gafas de seguridad.