El colegio público Lluís Andreu de Formentera fue ayer el centro lúdico escolar de la pitiusa menor. Alrededor de 500 escolares de primaria de toda la isla, procedentes de los centros de Sant Ferrán y La Mola y del propio Lluís Andreu, se reunieron para disfrutar de la I Trobada de Jocs Alternatius organizada por el Ayuntamiento. Desde las 9'00 de la mañana y hasta pasadas las 13'00 horas, los estudiantes pararon únicamente para comerse el tentempié de la mañana, ya que se dedicaron a conocer y practicar sus habilidades en los distintos juegos que pusieron a su disposición un equipo de monitores.
El objetivo de esta jornada que sustituye a las anteriores olimpiadas es mostrar a los más jóvenes de la comunidad escolar juegos sencillos y básicos en los que es imprescindible la participación e interacción con los demás, rescatando una serie de actividades de ocio practicadas por numerosas generaciones de pitiusos que habían quedado arrinconadas con la aparición de las nuevas tecnologías en las que se apostaba por la individualidad y los escenarios virtuales.
El patio del Lluís Andreu volvió a vibrar con el juego de la comba, las carretillas humanas, los tirachinas y los talleres de maquillaje, en los que la imaginación de los pequeños dio resultados muy vistosos, al igual que el balance de la jornada.