El jefe del equipo de Seguridad e Higiene en el trabajo de la Conselleria de Treball del Govern, Miguel Crespí, coordina la labor de los siete técnicos de salud laboral de este departamento, entre los que se encuentra Màrius Martí, encargado de la zona de Eivissa y Formentera desde hace un mes. Crespí explica que la labor de estas personas es «vigilar que se cumplen las normas de prevención de riesgos en los centros de trabajo e intentar que la gestión de riesgos esté activada en todas las empresas».
Para ejecutar esta función, los técnicos en prevención visitan las empresas para que cumplan la normativa, con el fin de que todos los posibles peligros estén definidos y controlados. Si no lo están, ponen en conocimiento del empresario estas deficiencias para que las subsane, aunque, si estos riesgos son muy graves o peligrosos, se denuncian directamente ante la Inspección de Trabajo. Si los fallos no se arreglan en el plazo establecido se puede realizar una petición de paralización de la obra.
«Lo ideal -señala Crespí- sería que, a la propia iniciativa de los técnicos a la hora de escoger una empresa para investigar, se sumasen las sugerencias por parte de los empleados que ven deficiencias en la seguridad del centro de trabajo en el que desarrollan su labor y, sobre todo, de los ciudadanos que, sin estar relacionados con la empresa demandada, solicitan una inspección de la misma al haber hallado indicios de deficiencias».
Universitarios con formación en riesgos
Todos los técnicos de prevención de la Conselleria de Treball son
arquitectos, aparejadores o ingenieros y cuentan con el curso de
nivel superior de riesgos laborales. Pero su formación va más allá.
Conocen las máquinas, cómo se debe hacer un trabajo sin riesgo, los
productos químicos, las herramientas y sus usos. Todo para saber, a
golpe de vista, si un centro de trabajo incumple la ley.