La Casa Cultural Andaluza comenzó ayer por la tarde la celebración de este fin de semana rociero en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, que se llenó de romeros, que acudieron para asistir a la misa cantada y para efectuar la ofrenda floral de rigor a la a la Virgen del Rocío. Como sus colegas de Sant Antoni, todos demostraron la algarabía propia de esta época a través del sonido de los tambores, castañuelas y de las palmas.
El patio interior del recinto religioso se convirtió en el punto de encuentro para los romeros ibicencos. «¡Guapa!», entonaban continuamente las mujeres que acudieron al acto ataviadas con trajes de andaluza de todos los colores. El centro de atención también lo ocuparon los niños, cuyos padres vistieron acorde con las circunstancias para sacarles foto tras foto. Y es que había que inmortalizar un momento para el recuerdo. Los tambores lucían los colores de la bandera andaluza (verde y blanco) y de ellos surgieron los ritmos festivos que pedía la jornada de inauguración de un fin de semana marcado por la costumbre.
La Casa Cultural Andaluza trasladó después la atención hacia Sant Jordi, punto de destino de la romería, en la explanada del hipódromo. Allí continuaron la fiesta con las actuaciones de la orquesta Camicie y el Grupo Rociero Alto Guadalquivir.