El fin del servicio militar obligatorio por un lado, y la falta de incorporaciones de profesionales por otro, han motivado que los efectivos que ocupan el cuartel de sa Coma disminuyan hasta los límites de que se plantee su desmantelamiento para 2003 . El enclave comenzó a funcionar como tal en noviembre de 1975, después de que la guarnición de Eivissa se trasladara allí desde el Castillo. Ultima Hora Ibiza y Formentera ha querido conocer cómo han sido estos años a través de las voz de su mando, el comandante Vila y de las referencias bibliográficas que han usado cientos de soldados que han utilizado la biblioteca del cuartel durante este tiempo. Un servicio muy vinculado a la vida cotidiana del soldado en las instalaciones del acuartelamiento que el comandante Vila mostró a este diario y pretexto a la vez para echar una mirada atrás, para viajar por la historia de un asentamiento que puede tener los meses contados.
«En la Segunda Guerra Mundial se fortificaron las costas por miedo a la invasión y a Eivissa vino mucha guarnición de infantería, lo que propició que el regimiento se desdoblara en dos: Teruel 48 y Teruel 148. Había muchos reemplazos y la mili no duraba nueve meses, hubo gente que llegó a estar seis y siete años. Entonces se establecieron unas guarniciones, aparte del Castillo, en Santa Eulària, Sant Josep y Sant Antoni». El comandante Vila describe de esta manera la masificación de soldados que hubo hace más de cincuenta años, antes de que existiera sa Coma.
Por aquel entonces los libros que hoy descansan en el cuartel estaban en el Castillo, donde vivían los mandos y la guarnición. «En 1973 se cede el Castillo a la ciudad de Eivissa. Pero anteriormente ya se compaginaba el Castillo con un campamento que había en Blanca Dona -conocido por 'El campo de la hípica'-. Hasta que a cambio de aquello la autoridad civil entregó los terrenos de sa Coma, donde estaba el campo de tiro y era muy propicio para instalar el cuartel. En noviembre de 1975 sa Coma se ocupa por primera vez».
Una vez en sa Coma, se creó el Recreo Educativo del Soldado (SERRES), lugar en el que se dispuso una biblioteca para que el soldado pudiera acceder a títulos de su interés para sacarse el título o para rellenar los ratos de ocio. A la vez, el despacho del coronel cuenta con otra colección de libros, la mayoría de ellos de contenido militar. «Es una oficina que lleva el pater, que para nosotros es el capellán, actualmente Migual Àngel Riera, cuyo origen está en cuando venía el soldado de reemplazo para hacer la mili. Y en este cuartel hemos llegado a estar 1.200 hombres, la mayoría de fuera de la isla, antes de que se pudiera elegir destino.