El kiosco de es Portitxol tiene los días contados. La Conselleria insular de Turisme abrió el año pasado un expediente sancionador en el que se propone sancionar al titular del chiringuito, Manuel Izquierdo García, con cinco millones de pesetas, así como la «clausura definitiva» del pequeño local, situado al final de la urbanización Isla Blanca. El propietario tiene aún diez días hábiles para presentar alegaciones y revisar el expediente.
La denuncia fue formulada el verano pasado por Alejandro Monfort, yerno del ex ministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes. Manuel Izquierdo no parece dispuesto a agotar esa última posibilidad. Según explicó el pasado martes a este periódico, lo único que desea en estos momentos es poder acabar la temporada: «Espero que no me lo cierren este mes, y que al menos pueda vender las cervezas que me quedan». El negocio, asegura, es poco boyante. Por la zona apenas pasan turistas, entre otras cosas porque allí no hay playa, sólo acantilados. De vez en cuando le visitan los propietarios de los apartamentos cercanos.
El kiosco lleva 18 años abierto. Manuel Izquierdo llegó a Eivissa hace tres décadas procedente de Granada, y ocho años después, en 1978, se convertía en el guarda del complejo Isla Blanca, urbanización protagonista de un episodio rocambolesco en el que desde 1971 hasta 1977 se vieron involucrados el entonces senador Abel Matutes, un estafador alemán y un conde multimillonario de esa misma nacionalidad, Rudolf Schönborn. Izquierdo ha sido durante lustros el vigilante de decenas de edificios que, de vez en cuando, eran habitados por 'okupas'. Conoce la zona al dedillo e indica dónde debían haberse construido dos hoteles y un teleférico si el proyecto urbanizador hubiera prosperado.
Hace un par de años, parte de los pequeños apartamentos de Isla Blanca fueron rehabilitados. Como gestor y partícipe en la venta de los inmuebles figura Alejandro Monfort, yerno de Abel Matutes. Curiosamente, y a pesar de que Manuel Izquierdo sigue trabajando, según asegura, para la constructora Urcoisa -de la que Matutes fue consejero delegado-, Alejandro Monfort presentó el pasado verano la denuncia contra el kiosco. Según Izquierdo, el propósito de Monfort es conseguir el cierre del chiringuito para poder sacar mayor rendimiento a ese espacio, ubicado junto a una pequeña piscina y al final del complejo, junto al acantilado.