Las alcantarillas situadas en las cercanías de la estación depuradora de aguas residuales de Eivissa comenzaron a rebosar alrededor de las once de la noche del pasado lunes. Como consecuencia se formó un gran charco que llegó a abarcar parte de una calle y del aparcamiento situado entre las naves industriales y el edificio Los Girasoles.
No es la primera vez en el mes de agosto que las aguas residuales afloran en esa zona. En la primera ocasión, ninguna institución local ordenó retirar el vertido. El charco se secó por sí solo, lo que durante días provocó desagradables molestias a los vecinos y clientes y trabajadores de las naves cercanas.