Nadie en el equipo de gobierno del Consell Insular quiere soltar prenda sobre la estrategia a seguir para conseguir que, con el voto de Joan Buades, conseller del grupo mixto, los presupuestos de la institución para el año 2002 salgan adelante. Probablemente porque aún no hay tal estrategia, dado que la negociación in extremis para conseguir las competencias de carreteras ha centrado en las últimas semanas todos los esfuerzos y, muy especialmente, los del vicepresidente primero, el socialista Vicent Tur.
En teoría, el acuerdo en materia de carreteras tendría que servir para calentar motores y preparar el ambiente para el plato fuerte del año. Pero no hay que olvidar que Tur, que parece haber encontrado el camino de la negociación con Buades, no será esta vez quien lleve el peso de las conversaciones. Es el turno, al menos sobre el papel, del vicepresidente segundo y titular del departamento de Economía, Santiago Ferrer, que hace pocos meses fracasó en su intento de ponerse de acuerdo con Buades sobre el uso que debía darse al dinero sobrante del año pasado.
El remanente quedó sobre la mesa hasta hoy. El Pacte Progressista, según reconocen en privado algunos de sus miembros, no puede permitirse el lujo de que ocurra lo mismo con sus presupuestos de 2002, en los que es previsible que se contemplen algunos de los proyectos estrella de la legislatura.
El más importante de todos ellos, el famoso 'Centre de les Arts' no cuenta, de momento, con el beneplácito de la formación Els Verds en la que milita Buades y, por tanto, algo tendrá que ofrecer el Pacte a cambio para que el ecologista dé su voto a las cuentas. Por otro lado, resultaría un tanto extraño que Buades rechazara unos presupuestos en los que se materializarán los acuerdos alcanzados en carreteras, es decir, las grandes inversiones en bienestar social que Buades ha reivindicado durante meses.