El equipo de Gobierno de Santa Eulària está teniendo serias dificultades para adquirir una parcela donde ubicar la futura estación de autobuses, según reconoció ayer el alcalde, Vicent Guasch, durante el pleno ordinario. El principal obstáculo es el precio: hasta 5.000 pesetas por metro cuadrado pide un particular por su finca, una cantidad exorbitante a juicio de Guasch y de los responsables económicos de la institución, que no piensan abonar más de 2.000 pesetas por metro cuadrado.
Guasch había depositado todas sus esperanzas en esa 'cara' finca, ya que se halla enclavada en un lugar privilegiado, cerca de la variante y del desvío en construcción y detrás de las escuelas. Pero el alcalde asegura que no está dispuesto a pagar 37 millones de pesetas por esos 6.000 metros cuadrados, cuyo precio no corresponde al de una parcela en suelo rústico.
Ante las quejas del alcalde, los progresistas, por boca del concejal Carlos Salinas, respondieron que el Ayuntamiento recoge ahora el fruto de lo que durante años ha sembrado: «Debería preguntarse quién ha propiciado que los terrenos valgan tanto dinero. Ahora, quien tiene un terreno tiene un tesoro». Salinas culpó al Consistorio de no haber previsto esta situación, de haber favorecido a los especuladores y de no haber incluido en el Plan General un hueco para la construcción de esa estación, de manera que ahora ese suelo no valiera tanto. A estas palabras replicó Vicent Guasch que para los populares «la propiedad privada es sagrada», a lo que Salinas contestó que para los progresistas «la propiedad es respetable, pero nunca está por encima de los intereses generales».
La moción del Pacte encaminada a crear una comisión que estudiase la ubicación de la estación no prosperó, pues, de la misma manera que no salió adelante la propuesta para trasladar temporalmente la pequeña biblioteca de la localidad a un local más amplio. La razón esgrimida por el alcalde fue similar a la dada para la estación: los locales que les han brindado son excesivamente caros, por lo que esa solución no compensaría. Los habitantes deberán esperar hasta 2004 para tener una sede con al menos 500 metros cuadrados, que es la intención del equipo de Gobierno, que ya descarta ubicar la biblioteca en el centro médico porque lo destinará a oficinas.