El teólogo y filósofo Guillem Muntaner i Gelabert abrió ayer por la tarde los actos conmemorativos del 90 aniversario del colegio Nuestra Señora de la Consolación con una conferencia vespertina celebrada en el salón de actos del centro titulada «L'Educació en el món actual». El profesor en diferentes centros universitarios de Perú, en la Universitat de les Illes Balears y en el Centre d'Estudis Teològics de Mallorca, repasó la situación cambiante actual del mundo, la importancia de la juventud en la reeducación de la sociedad y una serie de ejemplos prácticos apoyados en la teoría de la acción comunicativa de Habermas sobre los que orientar el acuerdo entre los agentes que intervienen en la educación de los alumnos: padres y profesores.
Después de hacer una alusión especial a la Consolación por sus 90 años de docencia, Guillem Muntaner expuso el punto inicial de su conferencia al respecto de la situación cambiante del mundo: «Vivimos una aceleración pronunciada en el ámbito de la vida que exige una reeducación del mundo; si hay cambios no se puede actuar como si no existieran, hay que adaptarse a la realidad, ya que a pesar de que vivimos, comemos y trabajamos día a día el mundo cambia desde los puntos de vista científico, técnico, filosófico y de sus sistemas de comunicación. El que no se dé cuenta, peor para él porque se encontrará desfasado y deplorará no haber hecho una transformación necesaria en todos los niveles». El filósofo aclaró más adelante que donde más se ha de notar esa transformación es en la propia juventud. «Siempre los más sensibles a los cambios han sido los jóvenes, ya que tienen una mayor capacidad en este sentido que los maduros».
Guillem Muntaner aclaró que el papel fundamental de esa reeducación la tienen los padres que llegan a un punto en que se ven obligados a ceder parte de esa responsabilidad a los centros escolares: «Los padres han de asumir la educación de sus hijos y si luego no les queda más remedio dejar que el colegio les sustituya sin olvidarse de que ellos son el mejor ejemplo de vivencias y experiencias». El teólogo finalizó su ponencia con ejemplos prácticos de la teoría que había presentado y puso a la vida como principal objetivo de la educación actual: «No puedes educar para que se casen o trabajen ya que si no lo consiguen fracasan; no puede haber una buena educación que no sea para la vida».